Las alarmas de la necesidad ya suenan
Colectivos solidarios, ONG y comedores advierten de que la falta de alimentos es creciente y dibujan una situación muy grave para el curso 2022-2023
Los brotes verdes siempre duran poco. Lo que tarda en llegar un invierno abrasador al que empezamos a acostumbrarnos. Los anunció aquel infame presidente que pretendía saber de economía «en dos tardes» y nunca llegaron bajo su mandato. Se anunciaron tras el quinquenio terrible 2008- ... 2013 y cuando poco a poco parecía que iba a reverdecer tanto amarillo seco llegó la peor crisis sanitaria que hemos conocido. Saldríamos mejores, más fuertes, nos dijeron, y ni siquiera hemos conservado el hábito de lavarnos las manos con más frecuencia. Ni ha llegado la recuperación cuando estamos, de nuevo, en caída libre. Con los de siempre, buenistas y progresistas, afirmando que no es para tanto mientras tantos se quedan espantados ante la subida de precios, desorbitada. Ante las primeras carestías. Ante el barrunto del crecimiento del paro. Ante la instalación de la pobreza laboral entre tantos que trabajan para no llegar. Bajo el verano más tórrido que se ha conocido, el frío de la pobreza se lleva por delante los sueños de cada vez más gaditanos.
Los datos que barajan asociaciones, colectivos y ONG son demoledores, pero más graves son las expectativas que manejan para 2023. Estas organizaciones –la primera trinchera social ante la necesidad real– planean cubrir las necesidades básicas de algo más de 12.000 familias gaditanas en pocos meses. Es una cifra nunca conocida ni siquiera en las recesiones anteriores (2008, 2013, 2020...). Con añadido, agravante, además: la cantidad de aceite de oliva o girasol, leche y cárnicos que reciben no deja de bajar con lo que muy pronto tendrán serios problemas para repartir. La situación se anuncia insostenible en demasiados hogares de la provincia. Banco de Alimentos y otros grupos de similar función reconocen que la situación, lejos de mejorar, irá a peor y muy rápidamente en lo que queda de año, en 2023. Este panorama obliga a las organizaciones sociales a preparar –por cuarta vez en apenas 15 años– planes especiales para luchar contra una nueva ola de pobreza en Cádiz.
Por cierto, entre los demandantes hay familias de todos los estratos sociales. Que nadie se ampare en los prejuicios. Los solidarios se ven desbordados por las peticiones de ayuda. No hay medición más fiable para calibrar lo que se nos viene encima.