OPINIÓN
La sanación
Ya están contagiados más de 1.000 de cada 100.000 españoles, y va subiendo
Este enero que acaba de mediar va a ser sonado. No solo por los sonidos de las toses, garrasperas, estornudos, etc., sino por toda clase de impulsos que se generan desde dentro al exterior con nuestros pulmones y gargantas para mejorar la respiración y reducir ... las obstrucciones sanitarias. No sabemos si es la nueva gripe del 24 o que será. Yo no me fío, siempre me he vacunado anualmente, y les puedo asegurar que desde que me puse la de este año, estoy con síntomas continuos de resfriado. Como el Ruidera, va y viene a su completo y malaje antojo. Un exasperante malestar que no te deja.
Debe ser que después del malicioso COVID-19, que regresa fuertemente, hubiera quedado colgada su eterna infección en la atmosfera. Es como si siguieran sus residuos, que vamos respirando y acumulando siempre con esa continua y molesta desazón, como una gripe imposible de evitar. Debe haber algo en el ambiente que, además del frio invierno y las naturales consecuencias meteorológicas, este año haga que todo sea mucho más pernicioso. Alguien engaña a alguien. Ya están contagiados más de 1.000 de cada 100.000 españoles, y va subiendo.
Hoy no me gustaría compartir inquietudes desagradables o deseos inalcanzables. Hoy 17, se celebra la onomástica de San Antonio Abad. Un santo varón de aquellos que se iban solos a rezar por los cenobios en la lejana Tebaida, allá por el final del siglo tercero de nuestra era. La antigua Tebaida era una región en el sur del actual Egipto. Cerca de donde se produce el gran genocidio palestino por los guerreros israelitas. Una noble persona muy generosa y entregada, que cumplió al morir 105 años. Seguro que tenía una vacuna universal escondida, o no creo que se dieran gripes por su zona, algo calurosa.
Se le atribuye a él y a su orden Antonina, muchas obras de caridad, sanitarias, crianza de animales para dar sustento, entre ellos los cerdos, de ahí el atributo en sus imágenes, y la creación de hospitales y muchas obras bondad. Un santo de mucha devoción y de gran recorrido, desde sus orígenes orientales hasta terminar por Francia, Me ha venido esta idea al haber visitado recientemente su ermita en Las Palmas, muy ligada a las andanzas de Cristóbal Colon por las Canarias. Sirva esta semblanza del santo, para recordar a uno de los mayores sanadores de la historia.
Quien esto crea, y estoy entre uno de ellos, me hace pensar en la necesidad que tenemos de conseguir muchos más sanitarios que remedien tanta enfermedad. Incluso las mentales que tanto matan. Alguna creencia real que nos evite tener que pasar, como en el caso actual, los calvarios invernales de trancazos y otras dolencias corporales, y contenga eficazmente sus causas y efectos. Se repone de nuevo la sana y respetuosa obligación de usar las mascarillas. No solo cuando vayamos a sitios de salud u ocupados, sino siempre que notemos un síntoma por respeto a los demás, como en Japón. No hemos aprendido nada, como siempre, de la cultura del pasado cuatrienio Covid. Es urgente ampliar sin falta, el número de «antoninos» que tenemos. La política envenena cualquier lógica. Nuestros sanitarios, que en un numero desesperadamente ridículo, al menos en esta comunidad, se dedican, sobre todo en las trincheras de las primarias, a disminuir y curar todas las enfermedades. Son pocos y están exhaustos. Sin ellos estamos desnudos ante el frío ataque y aumentarían los embarques en la nave de la Parca.
Creo que estarán de acuerdo conmigo, incluso los que no crean en los santos, que si aumentáramos las plantillas aumentaríamos la sanación. Salud nunca mejor dicho, y más vergüenza.
Ver comentarios