OPINIÓN
Los poderes y las intenciones
No parece de recibo que se tenga que recurrir a la Unión Europea, para que nos tutele en nuestra propia competencia, como si ésta fuera compartida con ella
Redactar artículos sobre nuestra política patria, no deja de ser un poco cansado y 'jartible', ya que hay demasiado espacio dedicado a ello. No obstante, siempre es bueno reflexionar sobre ciertas contradicciones de nuestros sistemas para entenderlos y mejorarlos en los posible.
Desde hace algunos ... años, sufrimos el continuo tintineo de campanillas, o mejor dicho de mazos. Nos recuerdan insistentemente que uno de los órganos de control y mejora del sistema judicial en España, no solo está caducado en plazo, sino que forma parte del circo y juego de intereses de ambos partidos mayoritarios. Renovar cíclicamente este órgano de gobierno, requiere asumir las reglas del juego que, eso, juegan en contra de un posible y continuo control de resultados en sentencias que, podrían ser molestas y dañinas a otros intereses.
El Consejo General del Poder Judicial es un órgano establecido por nuestra vigente Constitución, Capítulo VI, artículos del 117 al 127: 'Del Poder judicial', cuya claridad y vigencia queda nítidamente establecida en ellos. Específicamente el CGPJ, esta creado para el gobierno de Juzgados y Tribunales. Es decir, el mejor funcionamiento del sistema de justicia que nos hemos dado. Sus veinte miembros presididos por el presidente de TS, son: doce elegidos por los Jueces y Magistrados; cuatro a propuesta del Congreso de Diputados, y cuatro a propuesta del Senado. Independientemente de lo que digan la Ley Orgánica que lo concibe y sus Estatutos, esos son los representantes según la 'Ley Madre'.
El último nombramiento, hace ya casi diez años, se hizo en tiempos donde gobernaba un partido que, de acuerdo con lo establecido los propuso y el partido mayoritario en la oposición, así lo admitió. Pero han pasado los años y no llega el relevo. No olvidemos, personas todas jueces, que debieran cumplir la preceptiva actualización de los cargos, para el más rápido, ágil y justo funcionamiento de juicios, sentencias y del propio sistema judicial.
No parece de recibo que se tenga que recurrir a la Unión Europea, para que nos tutele en nuestra propia competencia, como si ésta fuera compartida con ella. Un relevo, claro y legal, pero sobretodo consensuado según marcan las leyes y las normas. Se podría deducir obviamente, que se trata de controlar los posibles personalismos, porque repetimos, todos los jueces son personas, piensan, sienten y tienen sus mitos y tendencias como todos los españolitos de este mundo Si no, a que viene votar el cumplimiento de las leyes, siendo su destino la mayor objetividad en el respeto a las mismas. Más parece ahora que forman parte de ese juego de intereses en esta joven democracia. Tiempo ha habido para haber ajustado mejor sus reglas, con la experiencia que tenemos y lo que aprendemos en otras democracias más históricas y estables. Pero no se quiere.
No olvidemos que lo fundamental es saber para que se ha establecido el CGPJ. Pues ni más ni menos que para vigilar que los nombramientos de los cargos superiores de la Justicia, sean el producto de la voluntad de los ciudadanos, que recordemos, según el artículo nº 1 de la Constitución es: «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emana los poderes del estado». Esto significa nítidamente que su nombramiento y sus poderes, deben estar establecidos según esa Ley Magna, que citamos reiteradamente, y su Título VI. Lo demás es seguir debilitando el funcionamiento de esta democracia, en cuyas grietas crecen plantas parásitas, que con el tiempo, si no andamos juntos, acabarán derribando los sillares más sólidos. Ojalá ayer se haya cumplido cumplido este deseo. Salud.