OPINIÓN

Un mercado oscuro

Estos últimos tiempos que llegan, lo hemos comentado, la credibilidad en lo público ha contraído drásticamente los presupuestos y debilitado la presencia universitaria pública

Costó tiempo defender que el modelo se distribuyera también por la cornisa gaditana y diera sus frutos. La lucha de los grandes poderes comarcales, una vez llegada la democracia y los equilibrados números de diputados para satisfacer querencias en todas las tierras, desparramó la oferta ... Universitaria. Había gente que mandaba demasiado. Podríamos decir que la distribución provincial de los Estudios Superiores, se supeditó al mapa del poder que la habitaba. Fueron conviviendo repartidos entre ambas bahías, la campiña jerezana y Puerto Real. En todo caso el modelo se justificó en la vocación de cada Campus, aunque razonable, sigue con un alto déficit económico, ya que nuestra Junta paga por alumnos, no por su territorialidad.

En el caso del Campus de Cádiz, deseado por algunos como único desde el origen, se mantuvo en un crecimiento suave pero continuo que se ofreció desde Valcárcel hasta el antiguo Gobierno Militar. Un arco de Enseñanza Superior muy adecuado. No solo es lo que quiso el rector González Mazo, sino previsto en el Plan General de Infraestructuras de Martínez Massanet de 1997. Algo muy debido a Carlos Díaz, y supeditado a los sucesivos alcaldes gaditanos. Unos respetando la dignidad y presencia del frente universitario y otros procurando pequeñas mellas del amplio borde urbano. Hasta los dos últimos Gobiernos de la región, las ampliaciones y las esperadas inversiones fueron llegando con lo necesario. Se fueron gastando equilibrados recursos, como potente motor social y económico para la ciudad de Cádiz. con los demás campus provinciales, Con mesura y eficacia, no como en otros campus andaluces.

Estos últimos tiempos que llegan, lo hemos comentado, la credibilidad en lo público ha contraído drásticamente los presupuestos y debilitado la presencia universitaria pública. Pero no solo ha sido el dinero, las ideologías creen que se tiene razón solo por lo contable. Se toman decisiones que huyen de acompañarse con otras justificaciones sociales. Como secuela dramática se están cargando material y psicológicamente el logro funcional de un maravilloso edificio como Valcárcel. Un monumento a la dejadez de esta ciudad, desde hace muchos años. No se entiende por un rector metido a consejero, que también se consiga la rehabilitación del Patrimonio urbano, con los valores asociados al crecimiento y prosperidad de la ciudad en sus barrios colindantes. Fundamentalmente no se cree en la idea que tanto perseguimos en esta ciudad: un verdadero consenso de los cuatro poderes, para lograr objetivos comunes.

Ya se comieron parte del frente para conseguir una sala de barrio deportiva en Filosofía y Letras, que apenas usa la Universidad. Ahora se acercan trompetas anunciado la venta por subasta de la Escuela de Náuticas, otro edificio abandonado desde hace lustros, propiedad de la Junta de Andalucía. Se privatizará y se dejara entrar, bien una universidad privada, es decir un mal empaste, o lo que la recalificación de la parcela procure. Además, con la triste posibilidad de que este bello ejemplo de desconstrucción contemporánea, en forma de puente de mando de un gran barco anclado en la Caleta, pueda desaparecer.

Malos tiempos para la libertad, ni de opinar, pero todo lo que costó defender, muchos años por muchos y hacer más grande el Campus urbano de Cádiz, se va desmoronando. Sea por inanición o por desmembración, lo malo es que ni siquiera la propia Universidad es capaz de defender contundentemente esos espacios, que les pertenecen como necesario futuro de una de las más seguras empresas de esta tierra. Salud.

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