Opinión
Por favor, amnistía
En una España como pocas hay en el mundo, que aguanta todo los que aguanta, se hace necesario que alguien por ello, nos pida perdón verdaderamente y nos indulte por este duro calvario
La historia de la Humanidad ha ido avanzando, además de por el esfuerzo de hombres y mujeres, por la mediación Del olvido o perdón. Se ha progresado así, sobre la problemática que obstruye la unión y el desarrollo. Las religiones blanden como principios vitales la ... necesidad de ser clementes con los pecadores o aquellos que no siguen lo caminos indicados. Basan esos perdones en la necesidad del encuentro, la tolerancia y estar capacitados para, a través del respeto, entenderse y progresar mejor en la vida.
En nuestra religión: el Cristianismo, también se establece como criterio fundamental el perdón de los pecados y la necesidad de, una vez contados al representante de Dios, ser exonerados de sus culpas a cambio del arrepentimiento y plegarias más o menos abundantes. Si nos queda de Jesucristo una lección magistral es la de perdonar, tanto a los demás, como ellos a nosotros. El Padrenuestro, una oración llena de fe y de orientación a la clemencia dice: «perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores…». Salvo la muerte, que no perdona a nadie, como dijo Calderón, todos tenemos derecho a perdonar, y a que se nos perdone.
Se va situando el orden político, por decir un eufemismo, en la necesidad de asumir leyes que hablan de eso, de borrar, mientras no se hayan conculcado los derechos humanos. Textos que se congregan sibilinamente en la necesidad de gobernar. Los dichosos y selectos votos de minorías que al final y al cabo van dirigiendo este país históricamente, sea gobernado por la derecha como por la izquierda. Pues en eso estamos y una vez que se ha aprobado por la comisión de justicia el texto, se han enmendado con los grupos políticos y se haya aprobado por el Congreso, ahora toca sancionar la ley de Amnistía, en el Senado. Una aprobación, que suponemos no solo será larga y tortuosa, sino muy difícil, porque allí la mayoría es de otro color.
Un dialogo de mil colores sobre una Ley del olvido, que surge ahora por la exigencia y conjunción de unos pocos votos astrales que se aprovechan de un infinito poder reivindicando absoluciones que no corresponderían de otra manera. Soy de los que opina que la cosa catalana es de largo recorrido, lo ha sido históricamente y siempre lo será, pero para el encuentro no es cuestión de aplicar leyes coercitivas y represoras. También soy de los que creen que el fenómeno independentista ira bajando presión propia, en la medida que, con la válvula de expansión de la amnistía, se indulten y se incorporen los idos de la democracia, que todo lo protege. Incluso para aquellos que ni siquiera creen en ella, ni en la unidad de este País, pero que les interesa ahora cumplir, para lograr sus intenciones. Es incomprensible, vaya tela, que se valgan de la Constitución, para asediarla y descomponerla.
Esperemos que este bálsamo, por ahora, genere más encuentros y no solo interminables exigencias impúdicas, en una nación que se rige por las leyes que se rige, hoy por hoy, hasta que no se cambie y que todos debemos respetar.
Deberíamos ser amnistiados nosotros, los civiles, de tanto guirigay político y tanta forma de torturar las ideas, las leyes y los respetos, que no nos llevan a ningún sitio cierto. Hay que asumir lo que viene por el orden de la propia democracia, por eso pedimos a los grupos, grupitos y grupúsculos, que nos den amnistía general a todos los españoles. En una España como pocas hay en el mundo, que aguanta todo los que aguanta, se hace necesario que alguien por ello, nos pida perdón verdaderamente y nos indulte por este duro calvario. Salud.