Opinión

Bic naranja, Bic cristal

Ser un BIC, significa mucho, no solo el honor de pertenecer al catálogo mejor del Patrimonio Histórico Cultural con dos leyes en estas tierras, sino los deberes adquiridos por todos

José María Esteban

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El rostro no se parecía en nada al suyo, yacía muerto desde hace años. Se diría que sin la mínima ilusión de navegar. Las cuadernas abiertas rendidas ante el esfuerzo agotador, dejaban entrever por sus desechas costillas un mundo de muchas décadas lleno de viajes ... ilusionantes. Pareciera que sucumbía a su propio, inexorable y lento desguace, imposibilitado a remontar por la lesión mortal. Las muletas metálicas, solo ayudaban a su depósito en el presente túmulo, conservando aún en parte, su gráciles y náuticas formas, impidiendo, en lo imposible, el agravado descuartizamiento. Como una insolente bienvenida a los que entrábamos por el final del Guadalete, nos recibe intactamente fallecido, uno de los mejores emblemas de la Bahía. Un Adriano III, menos romano de lo esperado y mustio navegante de estos mares, por la desidia de los que pueden decidir. Forma parte de la gran nómina de desesperanzados BICs.

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