Opinión
Aunque acierte, no será nada fácil
Nuestro especial caractito hispano es profundamente cainita, egoísta y contradictorio, pero grande y generoso
Los artículos periodísticos, 'stricto sensu' se refieren fundamentalmente a dar a conocer hechos de interés colectivo de diferente índole. En el caso de las tribunas libres, como pueden situarse nuestra altruista colaboración en La Voz de Cádiz, pueden tener también el objeto de manifestar una ... opinión propia, consagrando el maravilloso derecho de la libertad de opinión.
No se trata por tanto de hacer aquí equilibrios de acertijos o inventos que puedan resultar virtuales o inapropiados por su falta de rigor. Pero hoy día 8 que escribo estas líneas, atosigado por la actualidad, créanme, una semana antes de que salga este artículo, me siento atraído en vaticinar lo que, no siendo noticia cierta aún, podría ser una sincera evocación, para el artículo de hoy día 15. No viene mal hacer caso a los inconscientes deseos, porque lo que sucede llama a la reflexión. Nos situamos por tanto en un supuesto adelantado, que permite una opinión en este recuadro. Vayamos a ello.
Sí, que sí, que ya ha habido pacto entre el PSOE y JUNTOS por Cataluña, y la investidura se ha confirmado por mayoría en el Parlamento Español. Ya es presidente del Gobierno Español Pedro Sánchez. Quizás la espera haya sido más peligrosa y dañina, porque esos son los impulsos que han convertido estas últimas semanas, por las revisiones de una desconocida la ley de amnistía y pactos añadidos, en aviesos gestos para unos y para otros. Por fin, los de arriba a la derecha, porque así son, permiten unir sus siete votos y facultar la investidura. Las sesiones han sido con más acrimonia, y la crispación en las calles se traslada biunívocamente al Parlamento. Renacen Españas pasadas y un maldito siglo con años de pertinaces durezas, que no dejaron respirar. La casilla de salida de la falta de respeto institucional, donde hoy nadie sabe ni perder ni ganar, vuelve amenazadora. Se huele este aroma de nuevo y es lo que más me preocupa.
Respetaremos las reglas de juego, por supuesto muy necesitadas de actualización con la dura experiencia de estos cuarenta años de democracia. Nuestro especial caractito hispano es profundamente cainita, egoísta y contradictorio, pero grande y generoso. Cambiar la Constitución para mejorar la igualdad de los españoles y garantizar una equitativa justicia contra estos desequilibrados equilibrios, se hace cada día más perentorio. Siguiendo esta adivinanza de hoy, ansiaría la posibilidad de que los dos partidos mayoritarios se unieran en coalición y conformaran nuevas reglas institucionales y políticas, más acordes con esta penosa realidad. Es la única manera de evitar chantajes, eliminando los exclusivos deseos de poder y conseguir un gobierno más justo y decente. Nuestro sistema democrático actual es tan débil, que los más ridículos, se aprovechan sibilinamente de su cumplimiento. Pero sobre esto, todos callan.
El Gobierno ya está en marcha. Lo mismo de los últimos cuatro años con mayor acento nacionalista e independentista, porque es lo que hay desde el 78... A los ciudadanos no nos gusta lo que se ha pactado, pero la ley vigente hay que acatarla y dejar lo procedente. La moral es personal, pero solo se puede cambiar votando. No existe otra opción. Podemos estar de acuerdo o no con lo que viene y con los jueces que juzgarán con sus propias ideas y la ley. Mientras, deberíamos estar calmados y dados al entendimiento, no a la confrontación. Lo demás sólo traerá disgustos, por decir algo suave. Salud, respeto y sobre todo dignidad, porque lo que sigue, aunque acierte en la adivinanza, no será en absoluto nada fácil.