postales
Del rojo al amarillo
Se trata de dilucidar algo tan viejo y complejo como si la consumación del acto sexual se realizó con la aquiescencia de ambas partes
Hay algo peor que equivocarse, y es no reconocer que uno, o una, se ha equivocado. «Empecinarse en el error», lo define el diccionario, que en el refranero se convierte en «más vale ponerse una vez colorado que cien amarillo», y advierte que es mejor ... admitir una equivocación que palidecer siempre que debas explicar tu postura. Es algo que viene como anillo al dedo a Irene Montero, ministra de Igualdad y patrocinadora de la ley del 'solo sí es sí', aprobada recientemente, sobre encuentros sexuales, destinada a dejar claro de una vez y para siempre que sólo son legales con el asentimiento categórico de la pareja.
El problema es que la ley contiene agujeros por los que 400 delincuentes sexuales han visto recortadas sus condenas, y parte de ellos han vuelto a la calle con gran alarma de sus víctimas y críticas desde no solo la oposición, sino también del propio PSOE, hasta que Pedro Sánchez ordenó cambiarla, visto que Irene Montero se cerró en banda en defensa de su legado con el peregrino argumentos de que la ley es correcta y quienes se equivocan son los jueces. Lo curioso es que todo gira en torno a una palabra, consentimiento. Su significado –permiso, licencia, venia– no puede ser más pacífico, pero según qué personas y circunstancias puede producir guerras, la de Troya la primera, o júbilo, las bodas en general. En nuestro caso se trata de dilucidar algo tan viejo y complejo como si la consumación del acto sexual se realizó con la aquiescencia de ambas partes. Solo plantearlo produce vértigo, pues si hay algo que no admite un notario que lo testifique es ese. Y sin embargo es fundamental para acabar con esa lacra del género humano que es la violación. Recuerden a las Sabinas.
Sin duda con buena intención, la ministra pensó que una ley que recopilara el consentimiento en 'sólo sí es sí' acabaría con esa lacra. Fueron muchos los que advirtieron que tal lance es distinto en cada caso, sin poder equipararse. Pero aprovechado por los delincuentes sexuales.
Para cortar la sangría, el Gobierno ha sacado otra ley en la que cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento es agresión con penas menores, mientras que si hay violencia o intimidación se recibirá mayor castigo. Pero, un pero muy grande, la víctima tiene que seguir demostrando que no hubo consentimiento, lo que le obliga a revivir su entera odisea. Por lo que la ministra dice que es volver a la 'pluriviolación' de la Manada en Pamplona.
Puede chocar que pese a mantenerse ambas parte en sus trincheras, siguen diciendo que hay posibilidad de acuerdo. Y la hay. El presidente necesita a Podemos para mantenerse en La Moncloa y Podemos necesita al presidente para poder cogobernar. Pero no sé por qué tengo la impresión de que Pedro Sánchez empieza a distanciarse de Podemos para aproximarse al centro. Lo sabremos muy pronto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete