AL FILITO
Planes de desarrollo
Tiempos que se perdieron y que jamás volverán porque, entre otras cosas, hay ya demasiados listos que viven gracias a chiringuitos
Quienes me conocen, saben que ansío el momento en que se desate una tormenta solar devastadora. Aguardo, esperanzado, el instante en que una llamarada de fuego cósmico y divino alcance a La Tierra y arrase con todo tipo de «avance tecnológico» que, desde hace medio ... siglo, han modificado al Ser Humano hasta el punto de reducir su entendimiento y hacerlo equiparable al de un votante socialista cualquiera.
No lo puedo remediar. Cada vez que me siento a ver alguna película ambientada en el período que abarca desde los cincuenta hasta los ochenta me relamo cuando aparecen esas oficinas repletas de personal atendiendo clientes, aporreando máquinas de escribir o llevando documentos de un lado a otro. Esas décadas doradas en las que un gestor administrativo de medio pelo podía dar de comer a tres familias (incluyendo la propia), contratando un ayudante y una secretaria a tiempo completo, sin que interfiriera ninguna mafia extractora; esas estampas en la que un padre de familia que ha perdido su empleo encuentra otro sin dificultad, de otro tipo distinto, porque se necesitaba mano de obra...
Tiempos que se perdieron y que jamás volverán porque, entre otras cosas, hay ya demasiados listos que viven gracias a chiringuitos desde los que se nos quiere convencer que la banca online, el teletrabajo de los funcionarios y los sistemas de notificaciones electrónicas están ideados para nuestro bienestar. Así que toca amoldarse al siglo y echar mano de esa herramienta tan de moda y que hila tan fino cuando se le pregunta cuál es la peor ciudad de España para vivir: la Inteligencia Artificial.
Siguiendo los consejos de mi hijo (quien llegó a decirme que yo no estaba anclado en el siglo XX -como creía-, sino en el XIX) y ante una situación de bloqueo ante el folio en blanco, he querido adaptarme al Progreso, la Modernidad y la Resiliencia imperantes en este maravilloso mundo que me ha tocado vivir y he preguntado al chat gpt qué inversiones podrían hacerse en nuestra ciudad, por tres millones de euros, que sirvieran para mejorar nuestra calidad de vida y promover nuestro bienestar social y económico. Y he aquí la respuesta:
1. Construcción o renovación de viviendas asequibles: Desarrollar viviendas para familias de bajos ingresos, con el objetivo de reducir el problema de la falta de vivienda y mejorar las condiciones de vida.
2. Programa de alquiler social: Establecer un fondo para subsidiar el alquiler para personas en situación vulnerable.
3. Crear o mejorar parques y espacios recreativos que promuevan el bienestar físico y mental.
4. Invertir en instalaciones de energía solar en edificios públicos o comunitarios para reducir costos y promover la sostenibilidad.
5. Mejorar la infraestructura para bicicletas.
6. Establecer centros que ofrezcan cursos de formación profesional, educación continua y programas de reciclaje laboral.
7. Financiar becas y programas de apoyo educativo para jóvenes y adultos.
8. Crear o mejorar clínicas de salud en áreas necesitadas para proporcionar atención médica asequible.
9. Desarrollar programas comunitarios de ejercicio, nutrición y salud mental.
10. Crear espacios donde los emprendedores puedan trabajar y colaborar, y ofrecer asesoramiento y financiación inicial.
11. Establecer un fondo de microcréditos para pequeñas empresas locales y emprendedores.
12. Financiar la construcción o renovación de centros culturales, teatros y galerías de arte.
13. Organizar festivales, conciertos y eventos deportivos que fomenten la cohesión social.
14. Apoyar proyectos tecnológicos que modernicen la ciudad y mejoren los servicios públicos.
15. Invertir en la renovación de barrios o edificios en mal estado para revitalizar la ciudad.
16. Mejorar las calles, aceras y alumbrado público.
Nada menos. ¿Quién tuviera ese dinero, verdad? Pues miren por donde, no habría que hacer ningún tipo de magia para obtenerlo. Bastaría con prescindir de lujos absurdos, como -qué se yo- una cadena de televisión municipal que nos cuesta más de tres millones y medio de euros. ¿No lo sabían?
Y tampoco hace falta crear ninguna delegación de desarrollo urbano ni comisión de estudio de la que surja un plan, informe o proyecto que nos tenga entretenidos tres añitos hasta las próximas elecciones mientras se agota el gotero que mantiene los estertores. Solo hace falta capacidad, querencia y decencia.
Ver comentarios