opinión
Pensar en grande
Nadie ha quedado indiferente con la apuesta realizada desde el Ayuntamiento en la pasada Navidad
Nadie ha quedado indiferente con la apuesta realizada desde el Ayuntamiento en la pasada Navidad, haciendo de Cádiz un lugar agradable que no invite a escapar de ella, como sucedía durante los oscuros años del Mamarrachismo precedente. La iluminación ha sido elegida con un muy ... buen gusto, la mejora estética de la Plaza de San Antonio ha sido notable y la utilización de la Plaza de España ha sido un acierto.
No obstante, visto el resultado, ha sabido a poco. Es normal. A una ciudad acostumbrada a la mediocridad y al bajo perfil, resulta complicado darle la vuelta como un calcetín de un día para otro. Por eso, entiendo que lo sucedido se ha tratado de un ensayo, que tendrá mejor y mayor desarrollo en el próximo Adviento. Por mi parte, solo una felicitación y una sugerencia: convertir a la mentada Plaza de España en un «auténtico» mercadillo navideño, además de incluir atracciones para niños (no les digo que se vayan a Estrasburgo a tomar ideas, basta con que acudan a la plaza homónima de Madrid).
Debemos empezar a dejar de lado esa hipocresía tan nuestra, consistente en llenarnos la boca con «lo mejor del mundo» sin creérnoslo. Si así fuera, mimaríamos a esta ciudad como los sevillanos hacen con la suya. Y estamos a años luz de eso.
Fijarse en lo que se hace en otros lugares es fundamental para mejorar. En esta islita fuimos más fenicios y romanos que los nativos de las metrópolis. Se vestía con la mejor moda parisina y se mercadeaba de forma más habilidosa que en Génova. Se hablaba idiomas, se publicaban decenas de periódicos y se acudía a tertulias culturales y políticas desde las que se creaban corrientes que inundaban el planeta... y hoy, en las plazas, montamos tablaos dignos de Villatrabuco de Abajo.
Ahora tiene el Ayuntamiento otra gran oportunidad. Si algo tenemos verdaderamente significativo y señero, es el Carnaval. ¿Por qué no empezamos a hacer las cosas a lo grande? Escenarios, espectáculos … No perderíamos esencia, ganaríamos presencia. Que falta hace.