AL FILITO
Noche sin Reyes
Saca fuerzas de flaqueza para ser el calor y el bálsamo de quien más necesita que sigas ahí. Y búscame
Hoy hubiera sido el día idóneo para dedicar esta columna a mi particular análisis y evaluación de la celebración de la Navidad en Cádiz. Hoy hubiera sorprendido a propios y extraños con una crítica constructiva y una enhorabuena porque, por primera vez en mucho tiempo, ... alguien ha pensado en grande. Pero para eso ya habrá gente. Y tiempo.
En cambio, en esta mañanita del Día de los Reyes de cada Casa, quisiera acordarme de aquellos de quienes nadie se acuerda: de esos padres que anoche experimentaron su primera Noche de Reyes apartados de sus retoños. Solos, refugiados en una casa que no es suya y amanecidos frente a una taza de café alquilada, con una sensación de vacío y desgarro cuyo amargor solo lo conoce quien lo ha sufrido.
Esto lo escribí en la mañana del seis de enero de 2.018 y lo traslado aquí como sentido homenaje a quienes han pasado la noche en vela -y no, precisamente, por montar los juguetes-: «Uno descubre el dolor y el frío cuando pasa su primera Noche de Reyes sin acostar a sus hijos, sin trabajar como Paje y sin ayudar a los camellos a tragar los polvorones que las manitas de los inocentes pusieron en la bandeja de siempre.... Uno descubre el dolor y el frío cuando se mete en la cama en la Noche de Reyes sin llevarse consigo la plenitud de haberlo hecho lo mejor posible y la ilusión de oírlos y verlos con las primeras claras. Uno descubre el dolor y el frío cuando se mete en la cama la Noche de Reyes y sabe que la Magia Insondable pasará de largo para ti. Uno descubre el dolor y el frío cuando pasa esta Noche sin dormir, pero no por el mismo motivo que ellos, sino porque.... Duele. Y siente mucho frío.»
Amigo: si me estás leyendo, has sentido ese dolor y ese frío y piensas en lo mismo que yo pensé aquella mañana, te pido que esperes hasta esta tarde y, aunque sea solo por un rato, saca fuerzas de flaqueza para ser el calor y el bálsamo de quien más necesita que sigas ahí. Y búscame. No necesitarás explicarlo.
Merece la pena seguir.