Izán

Su hermano fue quien grabó lo sucedido, con el ánimo de publicarlo y denunciarlo. Y no solo tuvo el coraje de no arremeter contra los braquets de los miserables cantores, sino que ni siquiera cometió la imprudencia de grabarlos en su jolgorio, limitándose a enfocar a su pareja de sangre

José Colón

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Lo imagino tragándose las lágrimas, la rabia y la ira; y aguantando lo indecible mientras grababa la escena en la que solo aparece su hermano aunque la protagonicen un puñado de malnacidos que hace once años deberían haber fallado en su primer hálito.

La grabación ... atraviesa las entrañas de cualquier persona de bien, sea o no padre. Un chico grandullón y con aspecto noblote, sentado encima de lo que parece un neumático, aparentemente absorto en su teléfono móvil y pretendidamente ausente del infierno que lo rodea mientras un grupo indeterminado de hijos de satanás le cantan a coro «gordomierda feliz» con la música que inmortalizaron las hermanas Mildred y Patty Smith Hill en 1893. Ese fue el regalo que le tenían preparado a Izán –que es como se llama el chico– como agradecimiento por haber llevado una tarta de cumpleaños para celebrar su decimoprimero.

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