Opinión
Un tal Alvise...
Si ustedes aún no saben de quien estoy hablando, les diré que se trata de un individuo que trae en jaque a toda la 'izquierda' de Estepaís
Desde hace algo menos de un año sigo en redes sociales a un tal Alvise Pérez. Por el nombre y su acento (alguna vez he visto un vídeo suyo), pensé que era murciano. Tengo un cliente de allí que se llama 'Asensio', como su padre, ... así que en aquella tierra mágica y de complicada vocalización todo es posible. Pero no. El muchacho (34 años) es sevillano, aunque afincado en Madrid desde los 29. Y hasta hoy mismo servidor de ustedes se intrigaba sobre el modo de vida del personaje y cómo tenía acceso a información tan sensible y relevante sobre TODO lo que ocurre en el país.
Porque, si ustedes aún no saben de quien estoy hablando, les diré que se trata de un individuo que trae en jaque a toda la 'izquierda' de Estepaís (conglomerado engendrado por sindicalistas sin intolerancias alimentarias, progresistas de salón y colegio privado, golfos y maleantes varios) a través de su canal de la red Telegram, donde publica desde la edad de la última y rubia transacción mercantil del ex – portero de puticlub elevado a Secretario de Estado hasta la titularidad del coche de lujo prestado al ministro que se asemeja al protagonista de 'En Busca del Fuego' cuando éste deja en casa a su legítima y se pasea con una muchacha tan casta y pura como los principios del okupa de La Moncloa.
Yo he seguido, divertido, como muchos, las informaciones que 'el analista' (así, mayestático, gusta de tratarse en sus publicaciones) iba suministrando en el mentado canal de Telegram -cada día una nueva y más jugosa, algo verdaderamente notable- sin tomar demasiado en consideración la cuestión de la veracidad de cuanto se publicaba. De hecho, en los últimos meses llegó a parecerme cansino y pretencioso. Alcancé el punto de querer desconectarme cuando reveló su propósito de presentarse a las elecciones al Parlamento Europeo con el objetivo confeso de ganar inmunidad diplomática y atacar al sistema corrupto bajo ese paraguas de protección. Les soy sincero: pensé que se trataba de otro chiringuitero, aunque este dijera querer acabar con los chiringuitos. Así de escarmentado estoy.
Sin embargo, hoy (sábado de Pasión, día en el que les escribo), ha ocurrido algo verdaderamente excepcional: España ha entrado en el selecto y reducidísimo grupo de países -junto con China, Irán, Cuba y Pakistán- donde una red social (Telegram) ha sido censurada y 'cerrada'. Dicho honor se debe a una orden del Juez Pedraz, famosísimo 'pijo ácrata' (Rafael Hernando dixit), melenitas de sesenta y cinco años, asiduo a las revistas del corazón y, en sus ratos libres, juez de la Audiencia Nacional, envuelto en varios escándalos y autor, entre otras lindezas, de resoluciones judiciales en las que se consideraba que las asociaciones juveniles Jarrai, Haika y Segi no eran parte del entramado etarra; o aquella en la que decidió archivar la última causa al terrorista José Ignacio de Juana Chaos, cuando éste estaba a punto de ser excarcelado en 2005.
Me he enterado de tal asunto gracias, precisamente, al canal de Alvise. La causa de semejante medida es, aparentemente, una denuncia interpuesta por grandes grupos mediáticos, propietarios de canales televisivos, por una presunta vulneración de derechos de propiedad intelectual al hacer circular por aquella red social algún contenido propio de programas de relevancia intelectual tipo 'Sálvame' o cualquier otra materialización artística y poética de nivel similar. Y la medida judicial acordada es tan desproporcionada (el bloqueo absoluto de la red, para todos los usuarios) que ha conseguido convencerme de que, efectivamente, como Alvise denuncia, algo huele mal (y no será por falta de champú jurídico, precisamente).
Este chico se presenta a unas elecciones europeas (9 de junio, que todos nos tomamos a guasa, menos el aparataje político profesional que nos parasita, a quienes les va la vida) y su único medio de difusión son las redes sociales, en las que cuenta a cientos de miles de seguidores. Su discurso es claro y desacomplejado, muy cercano al de Milei o Bukele, dos líderes políticos a quienes más de un vecino quisiéramos tener al mando de la podrida nave que se dirige desde la cloaca que conecta Génova con Ferraz. Y, a poco más de dos meses vista de aquellos comicios, se le desmantela el vehículo de difusión de sus ideas (que circula sin subvención pública, es decir, sin robarnos dinero) mediante una resolución judicial sin pies ni cabeza, desmedida, ilógica y huérfana de antecedente patrio, por mor de una denuncia orquestada por Mediaset y Atresmedia. O sea… Todo inmaculado, como la hoja de servicios de una tal Begoña.
Creo que, por segunda vez en mi vida, votaré en las Europeas. ¿Y usted?