Opinión
Turismo de todo a 100
Ningún gobierno local, ni los anteriores ni el de ahora, quiere darse cuenta de la realidad: necesitamos el turismo, pero no este
Este segundo sábado de Carnaval hemos vivido algo que todos sabíamos que llegaría. Cádiz lleva años vendiendo un turismo de baja calidad, del todo vale, pero todo vale 1€. Y ningún gobierno local, ni los anteriores ni el de ahora, quiere darse cuenta de la ... realidad: necesitamos el turismo, pero no este. No el turismo de borrachera, botellón, piso compartido, toalla y bocata del supermercado exprés de turno, que es lo que tenemos. Cantidad sobre calidad. «¡Que bonito está Cádiz lleno de cruceristas!», pero ¿compensa las molestias? Mi respuesta, la de alguien que vive del turismo –soy guía turístico, recordemos–, es que no. No vale todo, no vale esto. Cádiz tiene un potencial inmenso que tiene como principales valedores a su historia, su patrimonio y su gente, pero nos hemos aferrado a otras cosas.
La historia de la ciudad está cada vez más olvidada. En parte, porque no interesa a las autoridades; en parte, debido a que muchos de los guías no son profesionales: o bien son chicos recién salidos de turismo (y no han estudiado la historia local), o bien son gentes que, siendo simpáticas y cantando un poquito de carnaval, se lanzan a guiar. Y la historia se pierde entre chascarrillos más o menos agraciados sobre todos los estereotipos del gaditano.
El Patrimonio local tampoco se cuida. Solo hay que ver la dejadez que tienen ciertos elementos como el Castillo de San Sebastián, nuestros cañones y salvacantones, muchas de las casas palacios y hasta muchos de nuestros museos (empezando por el de las Cortes y terminando por el Litográfico, por no hablar de la Casa del Carnaval). Se nos llena la boca de hablar de patrimonio, pero no se sacan las manos de los bolsillos para mejorar la situación.
Y respecto a su gente, cada vez es más frecuente tener que buscarlos en San Fernando o en Chiclana. Lugares en los que encuentran lo que necesitan: alquileres y viviendas asequibles, al menos por ahora. Pero Cádiz se muere sin su gente y eso se ha vivido este Carnaval, con muchos preguntando que son esos dos puntos –léase, coloretes– que lleva la gente en la calle; o con una plaza de la Catedral abarrotada de borrachos y botellones.
El segundo sábado de carnaval ha mostrado la cara más amarga de esa política. Cádiz lo tiene todo para ser uno de los grandes referentes del turismo nacional y el haber llegado tarde al boom deberíamos habernos hecho aprender de los errores ajenos. No lo hemos hecho y seguimos cayendo en lo mismo: en exaltar las cifras de cruceros y pernoctaciones, pero no ver cuánto dinero dejan realmente en la ciudad. Faltan políticas destinadas a la regulación turística en la ciudad, como si tienen localidades vecinas, y a buscar que ese turismo genere verdadera riqueza.
Pero este Ayuntamiento, ahora con Bruno a la cabeza, sigue mirando de perfil el problema, y eso que se ve desde la ventana de la Alcaldía, con cientos de personas que cada día acuden en busca de freetours (economía sumergida a las puertas de las autoridades). Solo espero que este alcalde cumpla sus promesas y tome medidas, pero el tiempo pasa y todo sigue igual ya que tenemos un turismo de todo a 100 que terminará matando Cádiz,