OPINIÓN
De Podemos a Milei
Y más allá que Milei parezca estar como unas maracas, también es cierto que tiene una formación académica que pocos políticos tienen. Pero, claro, ha terminado con el peronismo; y esto no se le va a perdonar
Que curioso es el mundo político actual. Tan curioso que según quién gane la democracia es mejor o peor. En España, la critica que ha recibido Pedro Sánchez no es por formar gobierno, es por mentir más que hablar. En Argentina la critica a Milei ... es por ser neoliberal. Y más allá que Milei parezca estar como unas maracas, también es cierto que tiene una formación académica que pocos políticos tienen. Pero, claro, ha terminado con el peronismo; y esto no se le va a perdonar.
Lo que hay que preguntarse es qué hay detrás del ascenso al poder de un personaje como Milei, que parece sacado de una comedia. Y la respuesta es sencilla: el descontento de una sociedad que ya no ve salida a un descalabro continuado, que les ha llevado del corralito a ver como su dinero no puede moverse fuera del país y como su mercado ha quedado completamente cerrado. El hecho de que en la provincia de Buenos Aires la izquierda haya ganado a la derecha populista, mientras en el resto del país ha sido, al contrario, también es muy significativo: según nos alejamos de la Casa Rosada menos fidelidad a los postulados de la izquierda peronista.
El sueño de un gobierno para el pueblo hace mucho que murió y la elección del ministro de Economía como candidato ha permitido que el populismo de Milei gane adeptos hasta alcanzar el sillón de la presidencia. Pero ojo, lejos de quienes le comparan con Bolsonaro o con Trump, Milei está perfectamente capacitado para darle una vuelta a la economía argentina. Obviamente, las primeras medidas serán más efectistas que efectivas y desde luego nos suenan a otro mundo, como la supresión del Ministerio de Salud. Claro que, al contrario que aquí, la Sanidad no es pública y lo que se busca es un recorte «en la carrera de los políticos».
Y eso debe hacernos pensar en nuestro propio país, con una administración que se multiplica hasta por tres (local, autonómica y nacional), acompañado de sus políticos y funcionarios. Un país que ve como el nuevo gobierno, lejos de recortar gastos, sigue manteniendo 22 ministerios con algunos tan peregrinos como el de Juventud e Infancia. Y eso en una situación cambiante, en el que la derecha ha dado el salto a la calle y la gran parte de la sociedad zombi ha comenzado a desperezarse.
Hasta ahora, en España, ser de derechas era algo que se hacía en la intimidad del hogar y con los amigos, acomplejados con un pasado fascista-franquista que la izquierda se había ocupado de señalar. Pero en el 2023, la derecha ha dicho basta, se ha sacudido el complejo y ha comenzado a mirar al frente sin vergüenza. Y eso es malo, en general. La Historia es sabia y nos habla de un sistema pendular: del franquismo a González, de Gonzalez a Aznar. De Podemos a Vox.
Y ese paso se puede dar con la deriva que toma el gobierno actual, acodado en la borda de la extrema derecha de Junts, que legitima el discurso de la parte más extremista de su oposición. La calle comienza a gritar, y como con Milei, podemos terminar en las próximas elecciones con algún candidato sorpresa.