OPINIÓN
Huellas digitales
Lastima que, la mayoría de las veces, caigamos en la polémica, en el insulto y en la politización absoluta
Llevo unos días pasándolo pipa en Twitter. La red del pajarito azul ofrece múltiples posibilidades de divertimento si eres capaz de encontrarle el punto adecuado. Reconozco que normalmente hablo (o lo intento) de libros, cine, y del Cádiz. Mi buen amigo, y gurú de redes, ... Dani Lanza me tiene prohibido hablar de política, religión o cualquier equipo que no sea el amarillo y azul. «Ese genera simpatías, pero no hables del Madrid ni del Barça si quieres vender libros». Tampoco es que venda muchos, ni que le haga mucho caso, pero trato de mantener un perfil bajo de polémicas y usar las redes para divertimento y no para desahogo.
La razón la aprendí hace mucho tiempo. Un día en el que un señor al que no conocía me detalló con pelos y señales mi vida y la de algunos amigos, a los que tampoco conocía. Eran los tiempos en los que Llamadme Cabrón estaba muy de moda, gracias en parte a que el coro de Julio Pardo ganó el Concurso con un tipo basado en el libro. Y también la época en la que yo vomitaba toda mi vida en Facebook. En esos días, aprendí a cuidar mi intimidad y a no hablar de cosas veraces, aunque algunas cayeran.
Con el tiempo, descubrí el concepto de Huella Digital y los rankigns de prestigio. En la nueva sociedad del siglo XXI la imagen importa más que cualquier otra cosa y cualquier comentario escrito puede volverse en tu contra con el paso del tiempo. Por suerte, siempre he sido coherente en mis pensamientos y he evitado el radicalismo y el fanatismo. Y eso, en mis redes, también se nota, por lo que no creo (nunca se sabe) que puedan sacarme nada raro de ellos. En mi propio ranking personal de prestigio, no estoy mal visto.
Sin embargo, en las redes, en todas, el tono político y fanatismo se ve cada vez más. Y se ve en todos los aspectos: el Carnaval se ha convertido ahora en una fuente de problemas, como también lo es la Semana Santa. Puntos de los que hay que huir si no quieres llenarte de «trols» que traten de reventar tu pacifica existencia; muchos de los cuales también andan buscando notoriedad en post del post viral.
Personalmente, y en contra de lo que me dice mi amigo, prefiero usarlas para evadirme, reírme y, a veces, informarme. Sobre todo, de esos temas que pasan de moda en nuestra prensa cuando la moda mira para otro lado: de la guerra siria a la de Ucrania, a la crisis energética en Alemania, al Sí es Sí, al terremoto de Turquía y, como consecuencia, recordamos que Siria está en guerra.
Es curioso cómo, sabiendo excavar un poco en este mundillo, se pueden encontrar verdaderas joyas de aprendizaje y formación. Como huyendo de la polémica y del mal rollo generado, de las campañas de seguimiento mutuo, abriendo las miras se puede sacar verdadero rédito a las redes. Lastima que, la mayoría de las veces, caigamos en la polémica, en el insulto y en la politización absoluta.
Para mí, ese es el mayor error que vivimos en el siglo XXI , ya que hace que nuestras huellas (digitales y físicas) deban ser cuidadas mucho más para que no se conviertan en nuestra tumba social.
Ver comentarios