OPINIÓN
Gibraltar no es español
Además, estos días de celebraciones callejeras han mostrado lo fácil que es hacer feliz al pueblo. El pan y circo romano repetido en el siglo XXI, pero sin pan
En esta celebración europeísta que hemos vivido por la victoria de la selección nacional en el campeonato, un grito ha sonado sobre los demás: «Gibraltar es español». Un grito, unido a una festividad descerebrada y excesiva que demuestra los pies de barro que tiene nuestra ... sociedad. Ganar un campeonato de fútbol, una plata en baloncesto femenino, un oro en rítmica o Wimbledon, no demuestra otra cosa que no sea el crecimiento del deporte español. Pero sigue demostrando incultura y, en este caso, además, politización de ese deporte.
Gibraltar no es español, ni lo será, ya que el tratado de Utrecht (el pago a los ingleses para que se fueran de la península tras el fracaso dinástico del Archiduque Carlos) cedía el peñón, su ciudad, castillo, defensas y puerto a la corona inglesa. Y la única forma de que retornase a la española (ojo, a la corona) es que desaparecieran la monarquía inglesa o que se desease vender (en cuyo caso, la corona española tiene un derecho de tanteo). Así que no, Gibraltar no es español. Como no lo es su gente, que son y se sienten gibraltareños, con un fuerte sentimiento de pertenencia a un lugar. Es lógico, han pasado más de 300 años desde que cambiaron de bandera.
Además, estos días de celebraciones callejeras han mostrado lo fácil que es hacer feliz al pueblo. El pan y circo romano repetido en el siglo XXI, pero sin pan. La crisis económica que nos asola, y que disfrazamos de veraneantes, no ha terminado con el pitido final de la Eurocopa; pero en un año en el que los acontecimientos deportivos se agrupan, nuestro gobierno trata de encubrir sus miserias. Eso sí, convirtiendo a Lamal y Williams en adalides del anti-racismo, como ejemplo de lo que los MENAs pueden aportar al país. Obviando que ambos son nacidos en España e hijos de migrantes plenamente integrados en nuestra sociedad; obviando que a Merino y a Oyarzabal se les ha atacado en su tierra por blanquear «el españolismo» por los mismos con los que gobierna Pedro Sánchez.
Nada de eso importa, la falta de formación e información del pueblo permite gobernar con tranquilidad. Por eso, la educación siempre fue tan importante: educar en libertad y en pensamiento crítico es peligroso, es mejor hacerlo en la cultura del pelotazo a corto plazo, para que nuestros niños sepan quién es Ibai y se pasen horas viendo su «Velada del año», antes de conocer la Historia de nuestro país. De esa forma no podrán plantearse que el desplante de los jugadores a Sánchez es mucho más que lo que muestran las imágenes: es hastío por la utilización y manipulación del esfuerzo del otro.
Ojalá algún día el éxito de nuestros deportistas traspase fronteras reales: las de las ciencias, las letras, la cultura, la medicina,… Ojalá algún día no necesitemos circo y sepamos disfrutar de las virtudes de este país, explotarlas para ser una verdadera potencia económica, y podamos ganar a Francia, Inglaterra o Alemania en crecimiento económico y social, y en calidad de vida. Mientras, seguiremos siendo el lugar de vacaciones para quienes no nos ganaron en algún deporte.