OPINIÓN
Generando pobreza turística
Una de las particularidades que más me llama la atención de nuestra ciudad es el poco rendimiento económico que se le saca a nuestros monumentos más demandados
Ser guía te permite viajar por muchos lugares y países diferentes y observar las diversas formas de aprovechar el turismo. Eso hace que siempre que visito un nuevo lugar termine viendo fórmulas que se pueden implementar en Cádiz; una suerte de deformación profesional que queda ... en nada, ya que nada puedo hacer yo para cambiar esas cosas.
Una de las particularidades que más me llama la atención de nuestra ciudad es el poco rendimiento económico que se le saca a nuestros monumentos más demandados. Por ejemplo, el Teatro Falla que en otro tiempo tuvo visitas libres y que ahora solo puede ser recorrido de la mano de empresas privadas (algunas, por cierto, copando todas las horas disponibles). El resultado es que no hay visitas individuales y que la cuota que pagan las empresas, comparado con el rédito obtenido, es irrisorio; además, sus horarios son muy reducidos. Si visitas ciudades con grandes teatros (y más con la importancia artística del nuestro), suele haber visitas abiertas, con audio guía y con un coste que repercute directamente en el municipio, generando riqueza y empleo.
También es común encontrar baños públicos repartidos por las ciudades turísticas, cuyo mantenimiento es asumido por el propio ayuntamiento, y que termina siendo autosuficiente y aportan remanente económico a las cuentas locales. Otra forma de sacar beneficio del turismo que llega a las ciudades son las visit card que encontramos en casi cualquier lugar que se precie con menos turismo que nuestra ciudad. En estas, el sector público y el privado se unen para crear un bono que aporta beneficios a todos, incluyendo al visitante. Y que afecta tanto a monumentos, como al transporte público o al aparcamiento.
Se trata de un modelo de aprovechamiento de la riqueza que genera el turismo; buscando a la vez que sea sostenible. En nuestra ciudad parece que el turismo y el turista es de bajo nivel. El gratis total que va desde las visitas por la calle hasta la entrada en monumentos, buscando cantidad sobre calidad. Eso hace que el free tour triunfe sobre el guía profesional, y que al profesional se le ningunee regateando costes y tiempos. Pero también hace que la generación de riquezas se pierda entre la economía sumergida y la falta de visión municipal para explotar sus recursos.
Obviamente no se le puede pedir a Bruno García que en apenas 100 días tome las riendas de todo lo que se abandonó durante 8 años. Y eso, a pesar de que Monte Mures trató de conseguir un turismo de calidad; pero se encontró de bruces con la obcecación de un sector anti turismo de su propia corporación. Y con ello se olvidaron de generar riqueza mientras la ciudad se posicionaba como uno de los principales destinos de vacaciones.
Se olvidaron (y se olvidan) de que el turismo es una industria potente, la más importante de nuestro país; y que somos una potencia que ha llegado tarde a él. Ahora toca aprender de los errores y los aciertos de los demás y convertir Cádiz en una ciudad modelo en el sector, gestionando nuestras virtudes y eliminando nuestros defectos.