OPINIÓN
Gaditanoir ha llegado para quedarse
Pero nuestra idea iba más allá en su origen. No era solo unir buenos libros, también unir a buenas personas
Cádiz siempre ha sido ciudad de libros y de letras. Por esta tierra han pasado algunos de los nombres más grandes de la literatura, desde Cervantes y Lope de Vega al actual Pérez-Reverte los nombres se agolpan: Julio Verne, Daniel Defoe, Alejandro Dumas, Anderssen,.. ... y tantos y tantos otros que descubrieron y se enamoraron de esta tierra que, como digo, también es de letras. Quizá, por eso, me hizo tanta ilusión el nacimiento de Gaditanoir, y después, la llega del proyecto Ciudad de Libros, comandado por Yolanda Vallejo (otra fija en estas páginas).
El germen de Gaditanoir nació hace años en Kaizen Editores, cuando comenzamos a publicar las obras de Luis Rodríguez Guerrero y Alberto Puyana; también con mi propia obra «Tanguillos de muerte». Una literatura en la que Cádiz formaba parte importante de la narrativa. La ciudad convertida en personaje, que nos diría David Monthiel en este primer encuentro. Un subgénero del género, en el que el gran Rasero Balón fue precursor, como lo fue Rafael Marín con su inspector Torre (quien también ha regresado a las estanterías con «Los muertos de Madrid») y que abrió Gaditanoir con su presentación.
Pero nuestra idea iba más allá en su origen. No era solo unir buenos libros, también unir a buenas personas. Quizá ese sea el éxito principal de este festival, que desde Susana Martín-Gijón hasta Juan Gómez-Jurado (#putoJuan), pasando por Marta Huelves, Lola Montalvo, Willy del Pozo o Alberto Caliani han sido «buenas gentes» que han venido a disfrutar del festival y, a la par, descubrir Cádiz hasta enamorarse de ella. Ya lo dijo Lord Byron: Cádiz te llama con sus cantos y te pierde entre sus piedras.
Gaditanoir también era eso: un escaparte cultural para la ciudad del Cádiz. El germen de algo que queremos que sea más grande, más potente, más internacional y más americano. Hemos comenzado, acabamos de nacer, pero ya hemos conseguido que nos conozcan. Que Cádiz se sitúe en el centro literario de lo noir. Y eso solo ha sido posible gracias a la locura colectiva.
La de Alberto Puyana y Daniel Lanza, quienes me sentaron un día en la plaza del Ayuntamiento y, con un café por delante, me soltaron la bomba. La de Maite González, nuestra Delegada de Cultura, que se dejó embrujar por la locura de tres locos por los libros; Beatriz Gandullo, de Turismo, que también terminó cayendo en la red gaditanoir. Sin dejar de lado a Yolanda Vallejo, que confió en nosotros y nuestra capacidad para montar lo montado; y que nos ha acompañado, junto a Inmaculada Macías de Casa de Iberoamérica, en cada hora, cada sobresalto de la semana más negra de nuestra historia literaria personal.
Y pese a todo ello, pese al apoyo de tantos y tantos lectores y escritores, sabemos que hay sombras en nuestro nacimiento. Por eso, ya que sabemos que podemos solucionarlas, estamos trabajando en la segunda edición, sabiendo que muchos autores están dispuestos a repetir y otros tantos a venir.
Gaditanoir ha llegado para quedarse, ¡larga vida a Gaditanoir!