OPINIÓN
Al final, siempre fue Crimea
El mundo es un gran tablero de ajedrez, en el que los peones son movidos por los hilos invisibles de las grandes potencias
El mundo es un gran tablero de ajedrez, en el que los peones son movidos por los hilos invisibles de las grandes potencias. Lo fue en el pasado, y lo es ahora. Lo era cuando Estados Unidos intervino en Afganistán y lo es cuando Rusia ... entró en Siria. Pero ahora se ve aún mucho más claro al observar como las piezas van cayendo en el juego de la geoestrategia internacional, aunque al final todo se reduce a lo mismo: Crimea.
Cuando Putin ordenó la invasión de Ucrania, buscaba alejar, desde el miedo, a sus antiguos estados satélites de la entrada en la OTAN. Dos años después sabemos que el resultado no fue el esperado y que las piezas que parecían estables comienzan a desmoronarse como terrores de azúcar en leche caliente. Lo hemos visto cuando la intervención de Israel en Palestina, desestabilizando nuevamente el hormiguero minado de Oriente Próximo ha llevado a la revuelta en Siria y el derrocamiento de su aliado el dictador Al Assad. El siguiente paso ha sido la salida de las tropas rusas de sus bases en el Mediterráneo y, por tanto, la desaparición de la ruta de abastecimiento con el Africa Corps (antiguo grupo Wagner) que anda luchando en Mali contra tropas ucranianas; mientras, soldados coreanos entran en combate en Ucrania en el bando ruso.
Y como a río revuelto, ganancia de pescadores Turquía e Israel aprovechan para posicionarse en una Siria que puede estallar en una guerra civil que dinamite todavía más la situación en oriente próximo, incluso con un crecimiento exponencial de la islamización en la zona. Lo que ha permitido ver como en Europa esa misma islamización ha ganado terreno en el corazón de Occidente.
Lo hace, además, con un Estados Unidos sumido en la incógnita con un Trump que mostró en el pasado su antimilitarismo (recordemos que es el único presidente americano sin guerras) pero que ahora parece dirigido desde redes sociales. Pese a todo, al final siempre será Crimea. Fue allí dónde comenzó la primera y la segunda guerra mundial y el centro de nuestro tablero internacional.