Las cinco W

La prensa es un poder mediático, es capaz de cambiar gobiernos, de crear monstruos, de destrozar vidas

Hace años que corrió un bulo sobre el presidente francés como si fuera real. No importaba que la misma historia se hubiera contado lo mismo. Ese fue el inicio de lo que tenemos ahora. La búsqueda de la inmediatez da lugar al crecimiento o aparición ... de personajes virales.

Pasó en Carranza el pasado fin de semana, cuando se terminó elevando a héroe a quién oculta más que muestra. Pero lo peor es que se pasa de la alabanza a la destrucción en cinco minutos. El joven de la mochila sanitaria y la férula en la pierna recorrió platós de radio y llenó portadas. Nadie dudaba de su historia. Nadie se preguntó de dónde había salido la mochila ni cómo seguía trabajando con la pierna herida.

Nadie podía poner en duda la versión que daba. Hasta que las redes dijeron basta y comenzó a salir la verdad inventada por el chico: portero en el Cádiz CF, seleccionado por la sub-21, expulsado drl San Fernando por cadista, salvador de mujeres maltratadas en la calle, herido por enfermos de covid…

Sus historias nos cuentan su realidad: una mentira vivida en su mente que cobraba protagonismo después de una buena acción empañada por una mente nublada en la mentira. Y eso me hace pensar que ha llegado el momento de parar la avalancha de críticas hacia esa persona y mirar a otro lado.

Mirar a esos que dieron pábulo como real a su situación, que no se hicieron las preguntas básicas de cualquier periodista. Hemos optado por la comodidad de aceptar lo que sea sin mirar más allá. De buscar el click rápido antes que la veracidad de la noticia.

Y el problema de eso, en este caso, no es banal. Se ha puesto en la picota mediática a una persona que ha mostrado no ser fuerte mentalmente. Esperemos no tener que lamentarnos después. Crear grandes historias puede provocar grandes daños. Por suerte, hasta ahora, la historia está teniendo final feliz.

Pero nos debe hacer pensar que debemos cambiar nuestra forma de actuar y pensar. Que ha llegado el momento de recuperar la verdadera prensa y buscar el pensamiento crítico. Para lo bueno y lo malo. Para encumbrar a los héroes y para detener los linchamientos. Para repensar dos veces antes de escribir. Antes de hablar, es fundamental saber. Hoy es una estupidez, en el fondo. Pero hay otras veces que no.

La prensa es un poder mediático, es capaz de cambiar gobiernos, de crear monstruos, de destrozar vidas. Pero ha olvidado las cinco W y el cómo. Y es fundamental volver a ellas para recuperar la credibilidad pérdida. Yo no soy periodista, ni me lo creo, pero sí me gustaría volver a disfrutar de un periódico sin tener miedo a caer en una mentira.

Cierto que también hacen falta lectores críticos y las audiencias apuntan más a Sálvame que a Saber y ganar. Y mientras el lector busque el morbo sobre la veracidad, el periodismo seguirá muriendo y el periodista seguirá convirtiéndose en un bufón en busca de la viralidad en redes. Por suerte, aún quedan reductos de buena prensa. Y en esa habrá que hacerse fuerte.

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