SIN ACRITUD
No hay voluntad
Policías, jueces, asociaciones antidroga... todos coinciden en que hay que dedicar más recursos a la lucha contra el narcotráfico; todos menos quien de verdad tiene que hacerlo, el Gobierno de España y la Unión Europea
Como el chiste. Van un francés, un alemán y un español... y se reúnen para hablar de narcotráfico. En realidad el chiste era con un inglés, pero por aquello del Brexit ya no forman parte de la Unión Europea. Con lo cual no han podido ... participar en la pomposa Reunión Ministerial de la Coalición de Países Europeos contra el Crimen Organizado celebrada el pasado viernes en Cádiz. El caso es que había un francés, un alemán y dos españoles, los ministros Marlaska y Bolaños -vaya dúo-, además de un belga, un italiano, un holandés y un sueco. Altos representantes de media Europa aquí reunidos para aunar esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico. Conclusión, nada. Todo sigue, y seguirá, exactamente igual. De hecho, es la cuarta vez que se celebra esta reunión. Ya tuvo lugar en Amsterdam en el 22, en Amberes en el 23 y en Hamburgo el año pasado. A la vista de cómo ha ido aumentando el tráfico de drogas por el Estrecho es evidente que han servido de poco. Y lo que es peor, no sólo ha aumentado el tráfico de hachís procedente de Marruecos, que también, sino el de cocaína procedente de Sudamérica. Con lo que supone. El dinero que se mueve se multiplica y la violencia para conseguirlo, también. Bien está que se involucre el resto de Europa porque es evidente que nosotros no somos más que la puerta de entrada. Pero de nada sirve si todo queda en palabrería y un par de días de turismo por nuestra provincia.
Y es que todos los actores implicados en esta película lo tienen muy claro. Los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado los primeros. Obvio, son ellos los que se juegan la vida. Los jueces, por supuesto. Hoy mismo en estas páginas el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Lorenzo del Río, lo dice bien alto y bien claro. Los medios judiciales para plantar cara a este problema son manifiestamente insuficientes. Y por supuesto la sociedad, encarnada en las asociaciones antidroga y muy especialmente en Francisco Mena, presidente de la coordinadora antidroga Alternativas del Campo de Gibraltar. Un héroe sin capa que lleva décadas dando la cara y jugándose el tipo denunciando con nombres y apellidos a todos y cada uno de los narcotraficantes que actúan en el Estrecho, en Barbate, en Sanlúcar y en todos y cada uno de los puntos de entrada de las narcolanchas. Ocurre que quienes no lo ven, o no quieren verlo, son precisamente los que tienen en su mano lo más cercano a la solución del problema. Es decir, los políticos. Grande Marlaska no se baja de su discurso de lo bien que lo están haciendo todo. De la cantidad de droga aprehendida y delincuentes detenidos. De que -esta frase le perseguirá para siempre- se ha recuperado «el principio de autoridad». La solución a este drama, como cualquiera en la vida, empieza por reconocer que existe un problema. Pero para un gobernante decirlo en voz alta supone un desgaste político que no está dispuesto a asumir. Porque tendría que reclamar más presupuesto. Más medios. Pelearse con su jefe, al más puro estilo Pilar Alegría y Yolanda Díaz. Y no lo va a hacer. Con lo cual no sólo no seremos capaces de plantar cara de verdad a esta lacra, sino que seguirá creciendo. Es un negocio demasiado lucrativo. Y en el que los 'malos' apenas encuentran resistencia. Una vez más, los intereses políticos y electorales del Gobierno por encima de los de los ciudadanos, como vemos tantas veces con asuntos como Cataluña. Sólo que aquí muere gente. Los agentes por supuesto. Pero también miles de personas que se enganchan a una droga que circula por toda Europa con una facilidad pasmosa. Por muchas reuniones que hagan dos españoles, un francés, un alemán, un belga y el 'sursum corda'. Si no hay verdadera voluntad, nunca se acabará con el problema.