SIN ACRITUD
Todos en vilo
Las dos Españas no se van a poner de acuerdo en todo este embrollo de Sánchez, pero pase lo que pase el daño ya está hecho
Aquí estamos. En vilo. Todos pendientes. A ver qué ocurre. De lo que pase dependerá buena parte de nuestro futuro. A las dos de la tarde es la cita en Carranza. Fundamental. Vital. O ganamos al Mallorca o decimos adiós a la Primera División. Lo ... otro también. Lo de Pedro Sánchez. Importante, sí. Pero no tanto. Al fin y al cabo, diga lo que diga mañana lunes, este Gobierno no tiene arreglo. No hay por dónde cogerlo. Y van a seguir, no van a soltar el poder así como así, tan fácil. De un modo u otro se mantendrán en La Moncloa. Con Pedro o sin él. Es absurdo repetir las múltiples posibilidades que se barajan sobre lo que pueda ocurrir. Que se vaya, que se quede, que se vaya convocando elecciones, que se vaya sin convocar elecciones, la cuestión de confianza... en fin. Mañana saldremos de dudas. Y tampoco merece la pena ahondar en sus motivaciones. Tacticismo político, enamoramiento profundo, estrategia para las elecciones catalanas... todo son hipótesis y cada cual tiene la suya propia. Sin embargo, paralelo a este universo de especulaciones que explotó el miércoles a la hora de la merienda, sí que hay una serie de certezas en las que todos debemos estar de acuerdo. Hechos contrastados, que no admiten discusión. Y todos ellos son, sin duda también, malas noticias objetivas para todos nosotros como españoles que estamos obligados a convivir, que compartimos territorio, que respiramos el mismo aire y nos alumbra el mismo sol. El primero de ellos es que el nivel de polarización ha alcanzado cotas enfermizas. Por suerte, aún hay millones de personas que están absolutamente despegadas de la política y todo esto se la trae al pairo. Su interés es cero. Bendito sea su karma. Pero a la inmensa mayoría de los españoles sí nos interesa el asunto. Nos guste o no, son los políticos quienes dirigen nuestros designios. Y desde hace mucho tiempo, al hablar de política, no hay más remedio que posicionarse. En este caso concreto, o con Pedro o contra Pedro. No hay otra. No hay lugar para el debate sosegado, para el intercambio de opiniones o argumentos. Estamos rotos por la mitad, las dos Españas de las que ya nos hablaba Machado. Y esto nunca trajo nada bueno.
Pero hay muchas otras conclusiones que se pueden extraer de todo este maremagnum. Ya le digo, hechos contrastados que no admiten discusión. Por ejemplo. A Sánchez no le han hecho nada, absolutamente nada, que no haya hecho él mismo. Es decir, si siente que se utiliza a su esposa para atacarle a él, exactamente lo mismo ha hecho él mil y una veces con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Lo mismo. Esto es un hecho contrastado y ahí están los vídeos de sus comparecencias en el Congreso de los Diputados. A partir de ahí podemos discutir sus motivaciones, las de la derecha y la ultraderecha de la que habla. Lo que quiera. Pero que él ha hecho exactamente lo mismo es indiscutible. Otro dato objetivo. Begoña Gómez, su mujer, se reunió con varios empresarios que posteriormente se vieron beneficiados por ayudas del Gobierno. Si esas reuniones y esas ayudas tienen relación directa ya se verá. Pero que se reunieron no admite discusión. Otro más. Todo esto que está ocurriendo no es bueno para nadie. No es bueno para España. Independientemente de quién tenga razón, de quién se lleve finalmente el gato al agua, el daño ya está hecho.
En definitiva: estamos polarizados, Pedro Sánchez también ha utilizado a familiares como arma política, Begoña se reunió con quien se reunió, nuestra imagen de país está muy dañada. En todo esto no hay controversia posible. En todo lo demás, podemos estar dándole vueltas y vueltas, que no nos vamos a poner de acuerdo. Cada cual tiene su opinión. Y servidor obviamente tiene la suya. Fundamentalmente que Pedro Sánchez a estas alturas no tiene ni la más mínima credibilidad por un montón de mentiras que usted ya sabe y que él trata de disfrazar como 'cambios de opinión'. Que si hubiese pedido perdón a la presidenta de Madrid por sus ataques personales podríamos empatizar más con él por los que recibe su esposa. Que es impresentable e infantiloide que deje al país en 'stand by' durante más de cuatro días para 'reflexionar'. Y lo más importante. Que como hoy perdamos con el Mallorca nos vamos de cabeza a Segunda. Eso sí que no admite discusión aunque matemáticamente aún quede alguna remota posibilidad. Así que mañana será otro día. Pero hoy todos a muerte con el amarillo y el azul, que nos jugamos la vida. ¡Ese Cádi!