sin acritud

Que no vengan... y que dimitan

La fiscal Ana Villagómez expresó en voz alta lo que todos los gaditanos, especialmente los miembros de los cuerpos de seguridad y de las asociaciones antidroga, pensamos

Ignacio Moreno Bustamante

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Ana Villagómez. Fiscal antidroga de Cádiz. Profesional intachable. Ayer dijo lo que todos pensamos. En realidad lleva muchos años diciéndolo. Clamando en el desierto: «Que no vengan». Que les vayan dando mucho -eso no lo dijo, aunque seguramente también lo pensó-. «Si no nos ... van a poner medios para luchar contra el narcotráfico, que no vengan». En referencia evidente al ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska. El mismo que fue número uno del PSOE por la provincia de Cádiz en las generales. Y una vez logrado el escaño renunció. Sólo nos querían, él y su omnipotente líder del partido Pedro Sánchez, para asegurarse su elección. A los gaditanos me refiero. Nos querían para utilizarnos. Marlaska, ese ministro que afirmó, y cito palabras textuales, que tenía mucha vinculación con Cádiz «porque voy mucho a Costa Ballena con mi marido y con mi perro». Resulta incómodo, muy triste y desagradable, hacer un análisis tras el crimen de la noche del viernes en Barbate teniendo que mezclarlo con la política. Pero es inevitable. «Que no vengan». Porque la política es la que determina los medios de los que se dota a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para luchar contra el crimen. Los políticos, señores como Sánchez y Marlaska, tienen en sus manos la vida de miles de agentes. Es una responsabilidad tan grande que probablemente ni lo piensen. Lo alojarán en un recóndito y oscuro lugar de sus conciencias para que no se interponga en su camino de ambición y deseo de poder. Si lo pensaran, si fueran mínimamente empáticos con la dificilísima realidad con la que conviven a diario agentes como los fallecidos o fiscales como Villagómez, actuarían de otra manera. Y no vendrían, como vino Marlaska, solo unas horas antes a Algeciras para hacerse una foto y decir lo bien que lo están haciendo todo. Tan bien que cuatro guardias civiles tienen que patrullar el puerto barbateño en una zodiac de goma mientras los narcos van en narcolanchas de última generación. A Pedro Sánchez y a Marlaska sólo les interesan los fiscales para poder manipularlos y que firmen informes favorables a la amnistía. «¿Quién controla la Fiscalía?», recordará usted aquella frase que reúne en cuatro palabras la bajeza moral de todo un presidente del Gobierno. De nuestro Gobierno. Pues a Ana Villagómez no la controlan. Ni a la inmensa mayoría de profesionales del Ministerio Fiscal. Eso sí, les basta con controlar a los justos y necesarios para obtener sus fines políticos. El resto no son más que incómodas piedras en sus impolutos zapatos. Que no vengan. Que se queden en Madrid mirando a Cataluña en lugar de a Andalucía.

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