SIN ACRITUD
El 'ultrasanchismo'
El proyecto del hospital es una excelente oportunidad para que el PSOE de Cádiz demuestre si su prioridad son los gaditanos o Pedro Sánchez
Pertenecer al Partido Socialista Obrero Español hoy día –a este Partido Socialista Obrero Español de Pedro Sánchez– es tener las tragaderas muy grandes. Es necesario despojarse de todo atisbo de ética y alinearse con el discurso de su líder pase lo pase. Haga lo que ... haga. Que pasa mucho. Y nada bueno. Que hace mucho. Y nada en beneficio de los ciudadanos. Sólo en el suyo propio. Esta semana, por si alguien tenía alguna duda, ha vuelto a evidenciarse de forma cristalina con el famoso decreto ómnibus, por el que el Gobierno pretendía aprobar asuntos perfectamente lógicos y necesarios como la subida de las pensiones, los descuentos en el precio del transporte o las ayudas por la dana, con otros absolutamente politizados como las cesiones al nacionalismo, la okupación, subida del IVA de los alimentos o de la luz. El ridículo hecho por Félix Bolaños –cabeza visible de los 'ultrasanchistas'– ha sido apoteósico. Su intento de culpar al PP de que los pensionistas no vayan a cobrar más o de que el autobús nos va a salir más caro quedará para los anales de la política. El PP lo ha desmontado de forma tan fácil, se la han puesto tan botando, que resulta patético. Ha bastado con decir que presenten las propuestas por separado y tendrán su voto favorable. Y que ellos se hacen cargo de la subvención del billete de autobús en las comunidades y municipios en los que gobiernan. Ahí la lleva usted, señor Bolaños. A ver por dónde sale ahora. Con qué nueva payasada nos sorprende. La gestión de este Gobierno no tiene por dónde cogerse. Y los socialistas lo saben. Pero callan. Salvo García Page, que se puede permitir alzar la voz gracias a su mayoría absoluta en Castilla–La Mancha, los demás, sin apenas excepción, se humillan ante el líder. Obedecen en todo lo que haga falta. Fíjese lo que ha durado el tal Luis Ángel Hierro en su intento de presentarse como alternativa a María Jesús Montero para liderar el PSOE en Andalucía. Lo han fulminado sin contemplaciones. Tuvo la gallardía de plantar cara y se la han partido.
En Cádiz, el socialismo ejerciente no es una excepción. Se abre ahora –se ha abierto ya– un periodo de disputas internas para arrimarse a la sombra de Montero en el que las puñaladas vuelan. Literalmente. Ríase usted del bulo del alcalde de Cádiz –triste, muy triste asunto ese– con lo que andan diciéndose por ahí unos socialistas de otros. Todos buscando trapos sucios de sus propios compañeros de partido para eliminar de la ecuación a quien pueda suponer un obstáculo en su intento de medrar con la ministra de Hacienda. Y llamando a periodistas, a ver quién les compra la moto. En esas andan, y seguirán andando hasta el congreso provincial de marzo, los Ruiz Boix, Fran González y demás cabezas visibles del PSOE gaditano. Ruiz Boix ya sabemos que se mueve a las mil maravillas en ese fango. Se cargó a Irene García, lideró la caída de Juan Espadas y hará lo que haga falta para seguir ganándose el favor de sus jefes. Fran González tiene un perfil público más amable. Se estrelló estrepitosamente en sus dos intentos de hacerse con la alcaldía de Cádiz, cosechando los peores resultados que se recuerdan. Y para colmo, obedeciendo órdenes de Madrid con el único objetivo de desbancar a Teófila Martínez después de 20 años, le entregó en bandeja el sillón de San Juan de Dios al inefable Kichi. Una decisión que ya sabemos el tremendo daño que hizo a la ciudad. Pese a ello, o gracias a ello, fue recompensado con la presidencia de la Zona Franca, cargo magníficamente remunerado y mucho más alejado de los focos. Precisamente su cargo le permite tener en su mano la llave de uno de los proyectos más importantes para el futuro de la capital gaditana: el nuevo hospital. Fran González tiene una oportunidad inigualable para reparar en parte el daño hecho a los gaditanos. La oportunidad de llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Cádiz y la Junta de Andalucía para la venta de la parcela de CASA y que ese más que necesario hospital sea una realidad. Ojalá lo haga. Ojalá el interés único sea el bien de los gaditanos. Pero sabiendo cómo se manejan los 'ultrasanchistas' es posible que prime más el hecho de impedir que el PP se ponga la medalla. Ya lo han hecho antes. Y me temo que mientras la Zona Franca siga dirigida por este PSOE, el hospital de Cádiz seguirá siendo un simple plano guardado en el fondo de un cajón.