Te reviento

David de la Encina no es un hombre violento; al contrario, es educado y amable en el trato, pero el pasado miércoles se equivocó gravemente

Ignacio Moreno Bustamante

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¡Te reviento la cabeza!». Así, a voz en grito. Y añades: «¡Niñato!». Es que se te llena la boca. «¡Te reviento la cabeza, niñato!». Y una vez más, hasta tres. «¡Te reviento ¿eh?!». Se me ocurren pocas formas de quedarte más a gusto. ... Lo que sí se me ocurren son dos o tres no tan niñatos a los que les diría lo mismo. Sólo pa' dentro, porque en realidad sería incapaz. Me lo impide la educación que recibí de pequeño. Eso, y que no soy bueno en la lucha cuerpo a cuerpo. Una vez, en mi etapa como periodista deportivo, el padre de un futbolista me endiñó un puñetazo en toda la cara. Se ve que no le gustó la crónica de aquel partido. Ni reaccioné. Mis gafas salieron volando por los aires y yo acabé 'estampao' contra una columna del Ramón de Carranza. El de antes de la reforma, que si usted las recuerda eran enormes. Hormigón armado. Duro de narices. Doy fe. Aún me mareo cuando me acuerdo del viaje que me pegó. Estoy bien, gracias. Un moratón que duró unos días y poco más. Afortunadamente en aquella época apenas había teléfonos móviles. Menos aún redes sociales. Así que el recuerdo permanece únicamente en mi mente y en las de unos cuantos aficionados cadistas que presenciaron en vivo y en directo la 'mascá' que me llevé.

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