El reto de ser alcalde
Quien quiera aspirar a sustituir a Kichi en la alcaldía de Cádiz, sea Ismael Beiro u otro, tiene la obligación de buscar un gran proyecto que ilusione a toda la ciudad
No conozco de nada a Ismael Beiro. Algún amigo o conocido en común tenemos, al fin y al cabo pertenecemos a la misma generación y Cádiz es muy pequeño. Pero poco más. No puedo, por tanto, juzgar si es una persona capacitada para aspirar a ... la alcaldía de Cádiz «de forma seria y profesional», como él mismo dice. A día de hoy, los únicos elementos a mi alcance –y al de la mayoría de los gaditanos– para tratar de analizar si es un buen candidato o no son su trayectoria como personaje televisivo y sus propias declaraciones a los medios de comunicación durante estos últimos días. Ni una cosa ni la otra parecen avales suficientes para un cargo de tanta importancia como es ser alcalde de Cádiz, aunque es cierto que el poder mediático lo trae de serie. Sus palabras, como resalta hoy en su artículo Yolanda Vallejo, están sobradas de lugares comunes y faltas de ides, proyectos y propuestas tangibles sobre cómo gestionar la ciudad. Ocurre que el nivel del actual ocupante del sillón de San Juan de Dios es el que es y a su lado Beiro podría parecernos la reencarnación del mismísimo Winston Churchill. Pero el hecho de que el listón esté tan bajo no significa que debamos conformarnos con cualquier otra alternativa, que indefectiblemente va a ser mejor que la actual. Si Ismael Beiro –o cualquier candidato de otro partido a los que iremos poniendo cara en las próximas semanas– quiere de verdad estar a la altura del cargo, lo primero que debe hacer es pensar un gran proyecto que sirva para transformar la ciudad. El gran éxito de Teófila Martínez y sus 20 años de mayorías consecutivas fue que supo primero ilusionar y luego cumplir con la palabra dada cuando prometió soterrar la vía del tren para acabar con la división (física y social) de la ciudad. Y posteriormente construir el segundo puente. Estos fueron los dos pilares de su gestión y el gran legado que dejó a la ciudad, además de otros muchos proyectos no menores como la remodelación del estadio Carranza, la creación del barrio de Astilleros, el Centro Náutico Elcano, el Centro Flamenco La Merced... Cuando pase el tiempo, los actuales mandatarios anticapitalistas sólo podrán presumir de haber hecho un carril bici, proyecto ideado mucho antes de su llegada y que la Junta del PSOE sólo accedió a financiar tras sacar al PP de la alcaldía. Quien sustituya a José María González se va a encontrar una ciudad infinitamente peor que la que él 'heredó' en 2015: mucho más deteriorada, peor conservada, más sucia y con unos servicios, como el de transporte, completamente obsoletos.
El gran reto, pues, de quien quiera iniciar la carrera cuya meta está en las elecciones municipales de mayo de 2023, es encontrar un proyecto tangible, real, que ilusione a los gaditanos. Imaginación, es lo que hace falta. Y luego capacidad de gestión y espíritu de sacrificio para volver a poner en orden lo que han destrozado los actuales dirigentes durante ocho años, que no va a ser tarea fácil.
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