Rasque un poco
El populismo triunfa porque se limita a generalizar, a lanzar mantras sin descender a lo concreto y a descalificar gravemente a quien discrepa
El éxito de cualquier populismo radica en generalizar. Extender como un mantra determinadas ideas, las suyas, y hacer que todo el mundo pase por el aro bajo castigo de ser tachado de fascista, intolerante, machista y demás tópicos. Los temas de los que se ... han apoderado los actuales representantes de esa izquierda radical son bien conocidos. Al principio eran los básicos, ya sabe: la solidaridad, los servicios públicos –con educación y sanidad a la cabeza– y el feminismo. Pero poco a poco se han venido arriba y de un tiempo a esta parte lo han politizado absolutamente todo. Hasta el más mínimo detalle de su vida, la de usted, es susceptible de ser politizada. Si te mueves en coche en lugar de ir en patinete eres un insolidario. Si te gustan Hombres G eres un fascista homófobo. Si prefieres que tu hija siga siendo una niña en lugar de un niño -o viceversa- cuando cumpla 14 años, eres un machista. O un heteropatriarcal. O un machirulo. Algo así. Cualquiera de esos le encaja. Todo es de un simplismo adolescentoide que sería hasta divertido si formara parte del proceso de evolución habitual en las personas con dos dedos de frente. Muchas tonterías en esa etapa y luego ya maduras y se acabó el problema. Pero hete aquí que no. Que Irene Montero, Teresa Rodríguez, Iñigo Errejón y todos estos visionarios van rumbo a los 40 años –algunos los han sobrepasado ya– y siguen con los mismos planteamientos de los que se alimentaban en el instituto entre litronas y cigarritos de liar. Y ahora que han llegado a las instituciones, la están liando pero bien. Tanto, que veremos a ver cuándo y cómo volvemos a recuperarnos como sociedad y dejamos atrás está división y continuo enfrentamiento en el que nos han instalado. Si es que alguna vez lo logramos. Algún resto quedará, y ese será su triunfo y nuestro fracaso común.
Pero eso será a medio plazo. El daño en la actualidad también es palpable. Y se toca literalmente con los dedos de la mano cuando salimos de esa generalización manipulada y descendemos a lo concreto. Un ejemplo. Concretísimo. De aquí mismo. Barrio de Santa María, justo al lado del Ayuntamiento. El mismo Ayuntamiento que a través de su programa de alquiler social insta a los propietarios de pisos a que se los arrienden a personas necesitadas, bajo la promesa de pagar ellos la mayor parte del importe. El mantra ya lo sabe. Todas las personas necesitadas, por definición, son buenísimos seres humanos. Y todos los propietarios de más de una vivienda, capitalistas especuladores. También por definición. Hay que generalizar, ya sabe. No vaya a ser que, rascando rascando, resulte que el propietario heredó ese piso gracias al esfuerzo de toda la vida de sus padres y ahora necesita ese dinero porque está en paro. Y desesperado. El caso es que dos hermanos, los Galván Pérez, deciden formar parte del programa. Y Servicios Sociales les busca inquilino. Al principio todo va bien. Pero dos años después, resulta que la inquilina no paga, el Ayuntamiento se desentiende y a los hermanos Galván les deben 20.000 euros. Y nadie responde por ello. Lo mismo que le ocurrió a José Fernández, al que tampoco pagaban ni inquilino ni Ayuntamiento y tras años de lucha logró sacar de su casa a los que se la estaban okupando. Cuando entró, se la encontró completamente destrozada. Y el solidarísimo Ayuntamiento de Cádiz les deja tirados. Porque allí ahora mismo están a otra cosa. Concretamente, organizando programas escolares sólo para alumnos de la pública. Que ya se sabe que los estudiantes de Amor de Dios, La Salle Viña, San Felipe, Mirandilla o María Milagrosa son todos hijos de millonarios.
Es lo que tenemos. Estamos disfrutando enormemente de lo votado.Y mucho me temo que seguiremos haciéndolo un tiempo, porque la sociedad gaditana está completamente anestesiada. A lo que se ve, aquí cala muchísimo más cualquier mensaje populista y demagogo en las redes sociales que el día a día de la ciudad. Así que a partir de mayo, tiene toda la pinta de que seguiremos 'disfrutando' de nuestro actual alcalde si incumple su promesa de estar sólo ocho años. Y si no, de alguno de los suyos, que será igual o 'mejón' que él.