SIN ACRITUD
«Proliferación escandalosa»
Por más que el fiscal general del Estado quisiera proteger al 'sanchismo' y a Marlaska, la realidad del narcotráfico en la provincia es muy palpable
Es contundente el término. «Proliferación escandalosa». El redactor de la Memoria Anual de la Fiscalía General del Estado se ha quedado a gusto cuando ha tenido que definir la situación del narcotráfico en nuestras playas, idílicas de día, una autopista acuática de noche para cientos ... de delincuentes a bordo de potentísimas narcolanchas. Y no tan de noche. Que si algo ha conseguido nuestro ministro veraneante en Rota es que los malos no tengan ni el más mínimo respeto por la autoridad. Hasta el culo les enseñan a los agentes cuando los persiguen a toda velocidad por la desembocadura del Guadalquivir. El responsable de Interior, Grande Marlaska, desgranaba un día del pasado febrero los magníficos avances en la lucha contra las narcolanchas en nuestras aguas. Esa misma noche mataban a dos guardias civiles en el puerto de Barbate. Tras acusar en falso durante semanas al hombre equivocado, aún hoy el presunto asesino, identificado y localizado, se pasea tranquilamente por Marruecos, cuan Puigdemont en Waterloo. Sin que nadie pueda hacer nada por cazarlo y ponerlo a disposición del juez correspondiente. Pocos trabajos más frustrantes hay hoy en día que ser agente de la lucha contra el narcotráfico en el sur de España. Pelean en inferioridad de condiciones, con embarcaciones infinitamente más lentas y vulnerables, más de la mitad del tiempo en dique seco para ser reparadas. Enfrente, millonarios traficantes con lanchas y motores de última generación. Guardias civiles que se juegan literalmente la vida para darles caza. Y que cuando lo hacen ven cómo apenas sirve para nada.
No es sospechoso el fiscal general del Estado de no ser fiel al 'sanchismo'. De no proteger los intereses de quien le colocó en puesto de tan alta responsabilidad vía sustitución de su antecesora, la exministra Dolores Delgado. «¿De quién depende la Fiscalía? Pues eso». ¿Recuerdan? Álvaro García Ortiz ha hecho el juego sucio que Pedro Sánchez necesitaba cada vez que el 'puto amo' se lo ha pedido. Lo hizo en el caso del hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, en el que está acusado de revelación de secretos. Lo ha hecho también con la amnistía, con la malversación... pero en el asunto del narcotráfico no hay retórica o retorcimiento del lenguaje posible. No hay forma de controlar el relato porque la dura realidad de la provincia de Cádiz es palpable a poco que uno se pasee por la costa. Y lo que es peor, no sólo tráfico de drogas, sino de seres humanos, como la narcolancha interceptada esta misma semana en Chiclana. Y la «proliferación escandalosa» se debe, principalmente, a una decisión política, como también recoge la Memoria de la Fiscalía. El desmantelamiento de OCON-Sur, la unidad antidroga de la Guardia Civil para el Campo de Gibraltar a la que puso fin el Ministerio del Interior. Es decir, Grande Marlaska, al que se apunta directamente. Un ministro que no debe seguir ni un día más en su cargo. Un ministro bajo cuyo mandato los narcos campan a sus anchas. Haciendo 'calvos' a los agentes. Cuando no arrollándolos con sus motoras. Que siguen «proliferando de forma escandalosa».
Ver comentarios