SIN ACRITUD
Perros viejos
Los animalistas, con esa manía de humanizar a sus mascotas, están causando un grave daño a los propios animales
Si es usted autónomo, emprendedor y gaditano, no lo dude ni un minuto más. Hay dos líneas de negocio que son una auténtica mina: una tienda de andadores o una de productos para perros. Riesgo cero. En Cádiz, le hablo de la Bahía, cada año ... que pasa somos más viejos y estamos más solos. En el carril bici los patinetes tienen que esquivar continuamente a personas mayores que arrastran penosamente los pies apoyados en esa especie de silla con ruedines. O a los perros que caminan a cuatro metros de sus dueños con unas correas larguísimas. Lo de los ancianos, gloria bendita. Cuantos más mejor. Y cuantos más productos para que sus últimos años sean lo más llevaderos posibles, mejor aún. Esta tierra es prolífica en señores mayores, que nos aportan en la mayoría de los casos bondad, sabiduría y experiencia. El problema es que el número no está equilibrado con el de los jóvenes, que desde hace años emigran a otros lares en busca del futuro que no encuentran aquí por razones que no viene al caso ahora analizar, por consabidas. Como tampoco vamos a ahondar en el porqué del descenso en picado de la natalidad, íntimamente ligado al porqué de ese éxodo de la juventud. Salarios bajos, desempleo, falta de oportunidades laborales... en fin, qué nos vamos a contar. El problema, uno de ellos, es que esa falta de descendencia se está supliendo con la adquisición de perros. Hemos cambiado niños por perros. Así de triste. Y eso sí que no lo vimos venir. En Cádiz, y en buena parte de Andalucía, hace tiempo que hay ya más canes que churumbeles. Y hace tiempo también que se viene advirtiendo, pero nadie parece interesado en siquiera analizarlo. De hecho, sí que hay mucha gente que lo fomenta. Empezaron los centros comerciales admitiendo su entrada a las tiendas, algo insólito. Aquellos carteles de toda la vida que rezaban muy claramente 'Perros no', han desaparecido de nuestras vidas. Ahora, mientras usted se prueba una camiseta frente al espejo de la tienda, un can olisquea y babea la manga sin que el dueño, habitualmente, le diga nada. Ahora han dado ya el siguiente paso, que es la conquista de las terrazas. Seguro que este verano le ha tocado alguno al lado mientras disfrutaba de la cena. El propietario, por supuesto, callado.
Esto, que no pasaría de ser una simple queja de un ciudadano cascarrabias, afortunadamente viene refrendado por los que de verdad entienden del tema: los veterinarios. Los profesionales de la sanidad animal están empezando a dar la voz de alarma. No estamos preparados para está absurda y peligrosa 'humanización' de las mascotas. Los partidos animalistas están causando un grave perjuicio a los propios animales con su buenismo mal enfocado. Una cosa es la protección del animal, en la que todos estamos de acuerdo. Y otra muy distinta es tratarlos como lo que no son, niños pequeños. Un perro necesita vivir en un entorno adecuado para él, no hacinado en un piso en el que apenas puede dar rienda suelta a su instinto. Por supuesto sin hablar del grave problema de limpieza y salubridad que están causando en las ciudades. Cádiz concretamente está impresentable con litros y litros de orín de perro esparcidos por las calles a diario. Otro de los peligros de los que alertan los profesionales es de la transmisión de enfermedades. En este caso incluyen también a las colonias de gatos, una auténtica fuente de infecciones si no se les da el tratamiento adecuado, algo que ocurre en numerosísimos casos. Entre otras cosas porque suelen ser bastante caros. Zoonosis se llama la cosa. No es menor el asunto. No es cuestión de que te gusten más o menos los animales. Ni de dar lecciones de vaya usted a saber qué. Es cuestión de responsabilidad. De verdadera conciencia social, no la impostada de los de siempre. No lo dice un viejo cascarrabias. Lo dicen los que de verdad saben de qué hablan cuando se trata de hablar de animales. Porque se empieza por humanizar a los animales y se acaba por animalizarnos los humanos.
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