Los mundos de Yupi
Algo está haciendo bien la izquierda radical gaditana cuando ha logrado que nadie hable ni de su falta de gestión ni de su falta de transparencia
Un cambio de cromos. O mejor dicho, dos. No tiene más. Donde antes ponía Kichi ponga usted ahora David de la Cruz. Y donde ponía Martín Vila, cámbielo por Helena Fernández. Ese es el resumen básico de la situación en la izquierda radical gaditana. ... Aunque si es usted un friki de la política de la capital y quiere hacer un análisis más profundo, por su bien le aconsejo que no trate de hacerlo. Es un lío importante. Dolor de cabeza grande. Tratar de establecer paralelismos con la política nacional y regional es literalmente imposible. Vamos a intentarlo, aunque no le garantizo que vaya usted a entenderlo, porque no lo entienden ni ellos mismos. A saber. En Madrid, a la izquierda del PSOE se sitúan Podemos –con Pablo Iglesias en la sombra y Belarra como líderesa–, y ahora Sumar, con Yolanda Díaz como estrella del espectáculo. Ese paralelismo ya se rompe a nivel andaluz. Podemos sí mantiene la estructura con Inmaculada Nieto, pero la marca Sumar no existe, al menos por ahora. En su lugar está Adelante Andalucía, con Teresa Rodríguez también liderando la cosa sin figurar oficialmente e Ignacio García como número uno. Imagino que a estas alturas ya habrá perdido usted el hilo y le importará un pimiento lo que hagan estos muchachos que se creen salvadores de la patria, los pobres, los homosexuales, las mujeres y las niñas que se quieren cambiar de sexo sin preguntarle a sus padres no sea que les den una colleja.
Pero es que si trata usted de entender lo que está pasando a la izquierda del PSOE en Cádiz, directamente puede tirarse por los bloques. A ver. Más de una decena de partidos distintos –algunos literalmente fomados por tres gatos–, unidos bajo tres siglas: Adelante, Ganemos Cádiz y Podemos. Estos tres bloques son los que debían ponerse de acuerdo para concurrir juntos a las elecciones municipales del próximo 28 de mayo. Llevan meses negociando y este viernes, último día para inscribirse, llegaron a un acuerdo dos de ellos –Adelante y Ganemos Cádiz– dejando fuera a Podemos. Es decir, tanto lío y tanto cambio para que no cambie nada.Lo único que han conseguido, con gran éxito por cierto, es desviar la atención de lo verdaderamente importante, que son dos cosas. La primera y principal, su pésima gestión de la ciudad. No crea usted que durante todo este tiempo de negociación las desavenencias han venido por sus ideas para mejorar el transporte público, el alumbrado, la limpieza o la puesta a punto de unas playas abandonadas. No. Toda la discusión ha sido por los sillones, por quién va en la lista, por los futuros asesores que podrán tener cada uno de los bloques internos. Es decir, por su culo. Ya luego si eso, hablaremos de Cádiz, los problemas de los gaditanos, las gaditanas, los vecinos, las vecinas, el Portillo, la falta de aparcamiento o cómo solucionar el coñazo que dan los perros en las playas. Primero lo nuestro, luego ya veremos.
Y el otro asunto, menos importante pero clave también, es que han conseguido que nadie repare ya en su absoluta falta de transparencia. Kichi llegó a ser alcalde prometiendo paredes de cristal, asambleas abiertas donde todo el mundo podía opinar de forma libre, abrir cajones y ventanas para que corriera el aire puro. Luz, taquígrafos y un montón de mentiras más. Ni dos días duró toda aquella farsa buenista. Hoy, ocho años después, no puede haber más oscurantismo en todo lo que hace la izquierda radical de la ciudad. Algo tendrán que esconder cuando tanta negociación, que ellos mismos han calificado como «muy difícil», se ha llevado a cabo en el más absoluto oscurantismo, en habitaciones con las paredes más opacas que pueda usted imaginar.
En cualquier caso es obvio que algo están haciendo bien, porque por lo visto hay un montón de gente feliz por esta unión a la izquierda del PSOE, que promete traernos los mundos de Yupi a Cádiz. Y con eso nos quedamos.