SIN ACRITUD
'Malaje'
Ya ha comenzado nuestra gran fiesta. Disfrutémosla, que es la mejor del mundo y nos lo hemos ganado. Pero cuando acabe no sigamos pensando en el Carnaval otros once meses, que ya sabemos que en exceso todo es malo
Analicemos las últimas 'grandes polémicas' de esta nuestra ciudad de Cádiz. Cuánto cobra el pregonero Antoñito Molina. Cuánto cobran las 'Nancys Rubias' por actuar en San Antonio estos carnavales. Preliminares sí o no, el eterno debate. El fallo del jurado. La chirigota negacionista, una de las grandes protagonistas de este mes largo, muy largo, de concurso de agrupaciones en el Falla. ¿Ese es el nivel periodístico que tenemos en Cádiz? Sí, ese es el nivel periodístico que tenemos en Cádiz. Con excepciones, obviamente. Así año tras año. Y el debate, claro, se traslada a la calle. Al menos durante el mes de febrero. Y buena parte del de enero. Y de este marzo recién estrenado. En realidad durante todo el año. Al menos para un amplio número de gaditanos. No hay duda de que el Carnaval es nuestra fiesta grande, nuestra seña de identidad. Y como tal debemos tratarlo. Y mimarlo. Y cuidarlo. Pero eso es una cosa y otra muy distinta lo que ocurre en esta ciudad. Uno de los grandes problemas, eternos problemas, de la capital gaditana es que demasiadas cosas, durante demasiado tiempo, giran en torno a lo que ocurre en el Falla. Y eso nos hace perder la perspectiva. Y oportunidades. Así de crudo. Es cierto que la inmensa mayoría de los gaditanos hace su vida al margen de lo que se cuenta y se canta en el Teatro Falla. Hay que levantar la baraja del negocio, ir a hacer la compra, recoger a los niños del colegio y fichar en el trabajo. Pero el debate público, las conversaciones, la interacción social, gira en torno al Carnaval. Y nos impide centrarnos en otros asuntos de mayor relevancia. Cualquiera que tenga abuela la habrá oído decir aquello tan recurrente de que «en exceso todo es malo». Pues con el Carnaval es exactamente así. Y conviene decirlo justo ahora, cuando arrancamos la fiesta de verdad, la de la calle. Probablemente cuando más impopular es afirmarlo. Ahora toca disfrutar. Si el tiempo nos lo permite, lo que procede tal día como hoy, y mañana, y hasta el fin de semana que viene, es buscar una esquinita donde escuchar una agrupación callejera. Por la Plaza, por El Pópulo, por La Viña... disfrutar de nuestra fiesta, de nuestra alegría, de nuestro ingenio.
Pero cuando pasen estos días, el Carnaval no puede seguir siendo el epicentro de todo. Eso, por contradictorio que parezca, es dañino para la ciudad. Alimenta los tópicos, abunda en las etiquetas que todos conocemos. Cádiz es alegría, papelillos y coplas. Pero también es trabajo, esfuerzo, talento y futuro. Sobre todo trabajo, esfuerzo, talento y futuro. Sobre estos cuatro pilares deben asentarse nuestros debates, nuestras conversaciones, nuestro día a día. Debatir sobre cómo podemos seguir creciendo, mejorando. Hay que hablar de vivienda, de creación de empleo, de generación de riqueza. No le pongamos las cosas tan fáciles a nuestros gobernantes. Cádiz debe centrar el tiro. La fiesta en su momento. Y es ahora. Disfrutemos, que también nos lo hemos ganado. Pero después a seguir, que aún nos queda mucho por hacer. Un 'malaje'. Sí, lo sé. También lo decían nuestras abuelas. Pero alguien tiene que serlo.
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