SIN ACRITUD

De gestión... y de gestos

Ahora que se ha aprobado el nombre de 'Glorieta de la Educación Pública' se podía haber aprovechado para romper una lanza a favor de la concertada

Ignacio Moreno Bustamante

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Viernes. Anteayer. 14:11 horas. Nota de prensa enviada a los medios de comunicación desde la sede de AIG, cuya traducción al gaditano es Adelante Izquierda Gaditana. Cito literalmente: «AIG denuncia que más de cien familias llevan dos semanas sin comer en el Cerro del ... Moro por la incompetencia del Equipo de Gobierno». Saltan las alarmas. Más de cien familias. Sin comer. Si tenemos en cuenta que la media de personas por familia es de 2,5 –de la natalidad ya hablaremos otro día– significaba que más de 250 gaditanos llevaban dos semanas sin probar bocado. Casi muertos por inanición. Paren las rotativas, aunque a esa hora están todas paradas, pero es una expresión muy periodística. Avisen a ambulancias, banco de alimentos, supermercados dispuestos a donar comida, prioridad máxima... Un momento. AIG. Adelante Izquierda Gaditana. Quieto todo el mundo. Hablamos del populismo alarmista de siempre. El que ha imperado durante ocho largos años en Cádiz. El que ejercía a la perfección el anterior alcalde y cuyo testigo ha recogido David de la Cruz. Infinitamente más templado y cuerdo que su exjefe, dónde va a parar. Pero con sus 'dejes' radicales también. Es su forma de entender la política. No hay, ni habrá, más de 250 gaditanos sin comer durante dos semanas. Como no había niños hambrientos y desnutridos cuando Kichi llegó a San Juan de Dios. Lo que hay es un acuerdo con una asociación benéfica a la que el Ayuntamiento paga un dinero para que reparta menús en el barrio. Y lo que hay, como ya lo hubo antes, es un tema burocrático por el que aún no les ha llegado la subvención. Hecho, por supuesto, aprovechado por AIG para tratar de embarrar la política con un mensaje demagógico, sectario y radical. Nada nuevo bajo el sol de Cádiz. Es su papel, y bien está que lo ejerza de cara a su parroquia. Lo realmente preocupante era cuando gobernaban. Cuando tomaban las decisiones. No gestionaban, vivían únicamente de gestos. Y desde el mismo sillón principal del Ayuntamiento se insistía una y otra vez en promover una imagen absolutamente distorsionada de la realidad gaditana. Ahora no es más que ruido, afortunadamente.

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