SIN ACRITUD
El eterno curso político
Pedro Sánchez nos ha brindado el mes de agosto más prolífico en noticias de las últimas décadas
Un dato para periodistas. Ayer expiró el que probablemente ha sido el mes de agosto más intenso de las últimas décadas en cuanto a noticias se refiere. Algo que, principalmente, debemos agradecer a nuestro insigne presidente del Gobierno y a su amplísimo consejo de ministros, ... amén de su señora esposa Begoña Gómez. Sin olvidar a su hermano David. Acabó el mes de julio con Sánchez declarando ante el juez por las fundadas sospechas de tráfico de influencias que pesan sobre su mujer y arrancó agosto con el acuerdo entre el PSOE y ERC para investir a Salvador Illa a costa de robarnos al resto de los españoles. Un tema que ha sacado a la palestra informativa varios nombres propios del socialismo patrio, encabezados por los secretarios generales de Castilla La Mancha y de Aragón, Emiliano García Page y Javier Lambán, que se han mostrado abiertamente en contra del acuerdo sobre el cupo catalán. Como ya empiezan a hacerlo otros líderes socialistas de peso en Asturias, Castilla y León o Extremadura. Tristemente, uno de los pocos que no se atreve a decirlo abiertamente es el andaluz Juan Espadas. En cualquier caso este asunto empieza a tornar en rebelión interna, aunque de momento Sánchez no cambia el rictus. Los únicos que aprietan las filas en torno a él son sus ministros. Empezando por María Jesús Montero, especialista en decir una cosa y la contraria, en retorcer –y maltratar– el lenguaje para intentar justificar algo que sencillamente es injustificable. El cupo catalán es un privilegio que discrimina al resto de comunidades, lo diga como lo diga. Una prebenda otorgada con el único fin de seguir en el poder. Además de la trianera, sin duda, otro de los grandes protagonistas ha sido nuestro ilustre ministro de Fomento Óscar Puente, que es el Mourinho de la política, siempre dispuesto a regalar un buen titular merced a sus bravuconadas y falta de educación. Intentando también poner paños calientes a una realidad tristemente palmaria: los trenes en España han pasado de ser uno de los grandes orgullos patrios a una de las mayores pesadillas. Millones de viajeros que los han sufrido directamente en sus carnes este verano lo han atestiguado día a día.
Obviamente, otro de los actores principales de este verano ha sido el muy catalán Carles Puigdemont i Casamajó. Su sainete del 8 de agosto ha pasado ya a la historia como uno de los episodios más vergonzantes de nuestra democracia. Si le unimos a José Luis Ábalos –hijo proscrito del 'sanchismo'–, a José Luis Rodríguez Zapatero y su ignominioso papel en las elecciones de Venezuela o a Grande-Marlaska y la crisis migratoria, convendremos en que el periodismo tiene que estar muy agradecido a este PSOE por salvarnos del sopor informativo habitual de los meses de agosto.
Un mes que ha concluido con una noticia que es sin duda una bocanada de aire fresco en medio de tanto sanchismo, independentismo y mediocridad política. Noticia que también tiene nombre propio: Leonor de Borbón. La heredera al trono de España es desde el viernes –día en que ingresó en la Escuela Naval de Marín– la guardiamarina Borbón. Tras su paso por la Academia General Militar de Zaragoza como dama cadete ahora inicia su formación en la Armada Española. Una etapa de su vida que la traerá el próximo mes de enero a Cádiz para embarcar en el Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano. Un orgullo y un ejemplo para millones de españoles, sobre todo los más jóvenes.
Acabó agosto y mañana lunes empieza lo que conocemos como 'curso político', aunque este año no sea sino una continuación del anterior. Sánchez arrastra demasiadas asignaturas pendientes y a poco que se mantenga su deriva, este puede ser el definitivo. Demasiado tiempo a trompicones, con todo cogido con pinzas. Complicado lo tiene para seguir aprobando la asignatura de aritmética parlamentaria. Es probable que en breve ya no le salgan las cuentas.