SIN ACRITUD
España anestesiada
Por más que lo sepamos debemos seguir repitiendo y recordando que España está como está por siete votos: casi todo lo demás es ruido
A ver lo que tarda Pedro Sánchez en anunciar un nuevo 'logro' social. Una nueva idea con la que intentar tapar tantas vergüenzas. La ley del 'sí es sí', los indultos o las concesiones a Bildu las fue disimulando a base de regalar bonos de ... 400 euros a los jóvenes, entradas del cine a los pensionistas o billetes de tren. Ahora, entre la amnistía y Koldo, va a tener que inventarse algo aún más gordo. Tanto como el propio Koldo, que es gordo de verdad. El escándalo, me refiero. Calculo que si este próximo jueves se aprueba la ley de la amnistía –hecha a la medida de Puigdemont–, probablemente el sábado anunciará algo. Un par de días y todo olvidado. Basta con organizar un mitín en cualquier pueblo en el que haya ganado el PSOE, impedir que se acerque la gente a menos de 500 metros, poner detrás de su atril a unos cuantos palmeros para que aparezcan en el vídeo del telediario con un fondo rojo y asunto arreglado. Quizá sea una ayuda para que viajemos este verano. O un vale descuento para el aceite. O para el taxi. A lo mejor un 2x1 en entradas para el teatro los martes y los jueves si es usted mayor de 50 años pero menor de 73. Vaya usted a saber. Cualquier majadería. La mayor absurdez que se le ocurra y que le sirva de excusa para volver a repetir lo del socialismo, lo del progresismo, lo de la gente y toda su retahíla de mentiras. Total, paga España gracias a la asfixia fiscal a la que nos somete a los españolitos de a pie. Pero por más que trate de argumentar, por más que el inefable Félix Bolaños siga haciendo el ridículo cada vez que se pone delante de un micrófono, la verdad sólo tiene un camino. Sencillamente hay cosas que no se pueden tapar.
Y la única verdad de todo, que no se nos olvide, es que el Gobierno de España está dejándose coaccionar por un hombre que no se cansa de repetir que su único objetivo es desgajar Cataluña de España. Y que puede presionar, amenazar incluso, a todo un Gobierno simplemente con siete diputados. Los justos para que Pedro Sánchez dependa absolutamente de su voluntad. Jamás el independentismo catalán tuvo arma tan poderosa ni adversario tan débil. Enemigo tan cobarde. A Junts y a Esquerra se le han alineado los astros desde el pasado 23 de julio. Y lo están exprimiendo a base de bien. Todo esto, que usted ya sabe de sobra, conviene repetirlo –a diario si es necesario–, para que no se nos olvide. Porque nos ponemos a hablar de los detalles y perdemos la perspectiva del motivo principal por el que España está viviendo los que sin duda quedarán como los peores años de nuestra historia democrática. Por si fuera poco, a todo el escándalo de los indultos, de las negociaciones clandestinas con fugados de la justicia, de la amnistía inconstitucional y de tanta desvergüenza política, hay que añadir la trama de las comisiones ilegales por la venta de mascarillas cuando morían centenares de personas a diario. Es todo tan bochornoso, tan triste, tan degradante, que al final la sociedad termina hastiada. Es imposible seguir el ritmo a tantísimo despropósito. Se solapan tanto unos escándalos con otros que acabamos mirando para otro lado y empezamos a asumirlo ya como normal. Esa es la peor noticia de todas, la que nos degrada como sociedad. Y sobre todo es la mejor para el 'sanchismo'. En el momento que estamos 'anestesiados' ya tienen vía libre para seguir cometiendo toda clase de tropelías. Eso es exactamente lo que está ocurriendo. La pasividad de los ciudadanos es la mejor aliada que están encontrando. Y si, como decimos en Cádiz, ven la aguja mareá, tiran de chequera. Una paguita para unos pocos a costa de la mayoría y a seguir durmiendo en la Moncloa.
Cualquiera que lo analice con un mínimo de rigor y objetividad concluirá que lo que está ocurriendo, lo que estamos viviendo por mor de Pedro Sánchez, no puede alargarse en el tiempo. Tiene que caer por su propio peso. Pero sí que se está alargando –ya va para seis años como presidente-. Y no cae por su propio peso. No lo hace porque sus fieles se lo permiten todo. Porque sus detractores no tienen armas para combatirlo, más allá de la palabra y la denuncia. Pero sobre todo porque la inmensa mayoría de la sociedad hace tiempo que mira para otro lado, cansada e incapaz de seguir el ritmo a tanto despropósito. Sánchez está donde está porque España está dormida.