SIN ACRITUD

Endeudarse, pero bien

Una ciudad, como una familia, necesita recurrir a créditos para poder afrontar sus proyectos de vida

Ignacio Moreno Bustamante

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La milonga de la deuda municipal le sirvió a Kichi para ocupar durante ocho años el sillón principal de San Juan de Dios. Que se dice pronto. No sólo eso, obviamente, pero fue un elemento con mucho peso en su discurso populista y trasnochado. Dos ... mandatos como alcalde de Cádiz de los que aún no nos hemos repuesto, tal fue la parálisis a la que sometió a la capital gaditana. Con la excusa del dinero que se le debía a los bancos no hizo absolutamente nada provechoso para la ciudad. Salvo sus habituales gestos vacíos de contenido hablando del hambre de los niños, los vecinos y las vecinas, las tanquetas, el nombre del estadio, cuadros de alcaldes anarquistas, trajes de Eutimio y sus recurrentes enfrentamientos con la Policía Local, no se recuerda nada de su gestión que realmente redundara en beneficio de los gaditanos. Y las gaditanas. Ah, el carril bici, que pagó la Junta de Susana Díaz con el fin de justificar su apoyo a Podemos –por entonces aún era Podemos– y poder desalojar a Teófila Martínez de la alcaldía después de 20 años. Por ser justos, es cierto que nos dejó una Plaza de España completamente peatonalizada que luce mucho mejor ahora que entonces, aunque el verdadero mérito de esa operación fue de su socio de Gobierno, Martín Vila, que era tan comunista como él pero al menos era más práctico en lo que a ejecutar proyectos se refiere. De hecho, al final ya de su mandato, y con el fin de darle alguna opción en las elecciones de 2023 a su sustituto, David de la Cruz, Kichi no tuvo más remedio que claudicar ante si mismo y proponer pedir un préstamo de 48 millones a sus odiados bancos para tratar de resucitar viejos proyectos parados de la ciudad, como el pabellón Portillo o Valcárcel. Ya saben, aquello de 'estos son mis principios pero si no le gustan tengo otros'. Precisamente por eso no se entiende que De la Cruz haya reaccionado al anuncio de Bruno García de pedir un crédito de 27 millones diciendo que los únicos que van a hacer negocio en Cádiz con este alcalde son las entidades bancarias, cuando el actual equipo de Gobierno va a pedir prácticamente la mitad de lo que quiso pedir el anterior. Sea como fuere, el problema de una ciudad no es endeudarse, sino endeudarse mal. Pedir créditos que luego no pueda pagar y que los intereses le asfixien. No era el caso de Cádiz en 2015, que si bien tenía una deuda alta por habitante, estaba relativamente controlada.

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