'Clickbaits' y populismo
Leo el llamativo titular en uno de tantos digitales que pululan por la red. No puede ser. Pincho. Caigo en la trampa, lo sé, pero me puede la curiosidad
Portal digital, de tantos que pululan por la red. Titular de la noticia: «Despedido un trabajador en plena ola de calor por pedir una botella de agua». Cáspita. No es posible. Pincho, que sin duda es lo que busca semejante titular. Caigo en la ... trampa. Soy consciente de ello, pero la curiosidad por conocer el cuerpo de la noticia me puede. Deformación profesional, supongo. El desarrollo de la historia, como era de esperar, dista mucho de semejante encabezado. Por resumir: el trabajador en cuestión, carretillero de profesión, efectivamente había pedido una botella de agua. Su jefe le dijo que se la daría, pero que tenía que esperar a que terminara otro asunto más urgente que estaba atendiendo. Reclamó a otro encargado, el cual le instó a que fuera él mismo al almacén a coger el agua. Si eres carretillero y estás trabajando al sol, entra dentro de lo razonable que te cabrees de forma profusa por esto. Pero si ese cabreo se traduce en destrozar una puerta, insultar y amenazar a tu superior, también es posible que acabes siendo despedido. Por falta grave, no por pedir agua. Que es lo que finalmente ocurrió. Sin entrar a valorar si los dos jefes fueron más o menos diligentes o si el empleado en cuestión fue más o menos agresivo -esto lo va a tener que decidir un magistrado porque el caso está ya en el juzgado– sí se puede afirmar que el titular de la noticia es, cuanto menos, engañoso. O directamente mentira. Tampoco lo valoraré. Allá cada cual con lo que quiere trasladar a sus lectores. Los principales avales de un medio de comunicación son su credibilidad y su coherencia con su propia línea editorial. Desde luego no lo son los 'clickbaits'.
Lo que sí conviene destacar es que muchos lectores llegaron a semejante titular gracias a que Teresa Rodríguez-Rubio lo difundió a través de sus redes sociales. La líder de la ultraizquierda andaluza no entró a analizar el fondo. En ningún momento se cuestionó si es verdad, mentira o si tal conclusión debe alcanzarla un juez. Simplemente le servía para propagar su populismo, para regarnos con su ideología barata y simplista. Empresario explotador, trabajador explotado. Y lo esparció cuan ventilador delante de una deposición fecal. A estas alturas ya prácticamente nadie le compra ese populismo –basta remitirse a las pruebas de las elecciones autonómicas pasadas– pero esta gente sigue empeñada en emponzoñarnos a todos como sociedad. Y aunque han quedado reducidos en Andalucía a una ridícula representación de dos parlamentarios, ambos dos siguen siendo servidores públicos y como tales deberían tener más respeto por la verdad. Sé que es imposible y ellos apenas relevantes. Pero en Cádiz aún tienen mucho poder, encarnado en este caso en la pareja de Rodríguez-Rubio, a la sazón alcalde de la capital. Otro que también esparce ideología trasnochada y da lecciones de periodismo. Cada vez queda menos para que todos estos estén fuera de las instituciones. Para que vuelvan a sus asambleas, sus círculos y nos dejen en paz a los demás. Pero hasta entonces siguen sembrando resentimiento, rencor, envidia, prejuicios. Y cuanto más tiempo pase, más nos costará luego recuperar la normalidad de nuestra convivencia.
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