En 'Cádi' hay que 'viví'
No hace falta ningún sesudo estudio demográfico para saber porqué el gaditano tiene que emigrar
Otro informe. Y venga informes. Este se llama 'Estudio socio–demográfico del municipio de Cádiz'. A saber cuánto ha costado. Total, para decirnos lo que es una obviedad. En Cádiz los 'vessinos y las vessinas' ganan unos sueldos muy bajos -el que lo gana- y ... el precio de la vivienda está por las nubes. Consecuencia: la gente joven se tiene que ir de Cádiz. El que no lo gana, para buscarse la vida. Destino preferente de toda la vida, Castellón. El que lo gana pero no le llega, lo que busca es un pisito en San Fernando a poder ser. Y si no, en Puerto Real. Nada nuevo bajo el sol. La historia que se repite desde los años 80. De primero de gaditanismo. Cádiz es una ciudad que tiene poco más de trece kilómetros cuadrados. Eso le da encanto, resulta acogedora, cómoda para vivirla y un montón de cosas más. Pero también tiene muchas pegas. La principal, que no hay sitio para construir. Como no le podemos ganar terreno al mar como se hizo en su día en la Barriada de la Paz, pues hay que resignarse a lo que tenemos. Y lo que tenemos es muy poco sitio para la enorme cantidad de gente que quiere vivir aquí, lo cual, lógicamente hace que los precios se disparen, tanto de venta como de alquiler. La ley de la oferta y la demanda, ya saben. ¿Soluciones para esto? Complicado. La primera es optimizar el escaso suelo que tenemos para construir nuevas viviendas. Según este último informe, hasta 3.000 podrían ser. Estupendo. Ahora la clave es cómo 'repartirlas'. ¿Las hacemos todas sociales y los 3.000 primeros de la lista con la renta más baja se las quedan? Es una opción, pero ya saben lo que significaría eso, una ciudad aún más empobrecida al menos en cuanto renta per cápita se refiere. Opción B. Las 3.000 de renta libre y los 3.000 con más dinero en el banco son los que se las quedan. Obviamente tampoco es solución. Tercera posibilidad, un punto medio, que es donde siempre está la virtud.
Siguiente problema. Las viviendas que están vacías, sacarlas al mercado. Según el Ayuntamiento son 5.000. Yo les digo: ni de broma. Es directamente imposible cuantificarlo de un modo, digamos, científico. Pero 5.000 pisos vacíos en una ciudad como esta es literalmente increíble. Aduce además la concejala de Vivienda Eva Tubío -¿no había dimitido entre lágrimas del alcalde?- que la razón es que son casas muy viejas y los propietarios no tienen dinero para arreglarlas. Absurdo, porque si no todos, seguro que una mayoría estarían dispuestos a venderlas y que la arregle el comprador. Como decía al principio, demanda no falta.
En cualquier caso, aunque se contruyeran tres mil pisos más y se arreglasen los supuestos 5.000 vacíos, seguiría existiendo una alta demanda de vivienda en Cádiz porque ya se sabe que nuestras puestas de sol son las mejores del mundo, las tortillitas de camarones inigualables, las playas infinitas, el Carnaval una diversión extraordinaria y el centro una maravilla para pasear. Cadi! Así que llegados a este punto, señores del Ayuntamiento, sólo quedan dos cosas: la primera optimizar el suelo que queda y dar soluciones a los propietarios de pisos vacíos. Esa es una parte importante de su trabajo y no tanto dar la matraca con la escuela pública, el movimiento LGTBI, la patronal explotadora y el calentamiento global. Pero sobre todo, lo que debemos asumir es que no podemos pasarnos otros 50 años lamentándonos, lamiéndonos las heridas. El suelo de Cádiz no va a crecer. Es el que es. Y además, con el envejecimiento de la población –afortunadamente cada vez vivimos más y mejor– pues se tiende a que donde antes vivían cuatro cinco miembros de la familia ahora sólo lo hagan uno o dos. Los hijos emigran y no hay sitio para todos. Podemos asumirlo o seguir encargando informes que siempre llevan a la misma conclusión. En Cádiz hay que 'morí', pero para vivir nos vamos a tener que buscar la vida en algún otro punto de la Bahía, que hay muchos también muy bonitos y mucho más asequibles. Y de paso, recuperamos aquello del área metropolitana y unimos fuerzas con San Fernando, Chiclana, El Puerto y Puerto Real, que seguro que nos irá a todos mejor. Esta es mi conclusión, sin estudio socio-demográfico ni síntesis analíticas de los movimientos poblacionales. Sólo conociendo un poco mi entorno y aplicando la lógica. Se la cedo al Ayuntamiento. Gratis total.