SIN ACRITUD
Alúmbrense
La máxima de todo periodista de medio pelo es no permitir que la realidad le estropee un buen titular
La base sobre la que se sustenta la labor de cualquier periodista de medio pelo es bien conocida por todos. Al menos en el mundillo. «No dejes que la realidad te estropee un buen titular». Su origen es incierto. Unos se la atribuyen a Mark ... Twain, otros a la película 'Primera Plana'. También hay teorías sobre otra película, 'La pícara soltera', protagonizada por dos megaestrellas del Hollywood de los 60, Natalie Wood y Tony Curtis. Total, que cualquier afirmación al respecto del origen de la frase tiene la misma credibilidad que los periodistas que la ponen en práctica cada día. Ninguna. Esta semana hemos tenido un ejemplo palmario de ello. Un diario de tirada nacional, El País, publica que el Ayuntamiento de Cádiz va a superar de largo al de Vigo en gasto de alumbrado navideño. Para ello, obvian el 'detalle' de que dicho gasto incluye también las luces de Carnaval y hasta las de los Tosantos. Pero claro, esa realidad se come el magnífico titular que rápidamente, cómo no, ha hecho suyo la oposición. Ínfimo nivel periodístico del que se aprovecha el político de turno. Y algunos informativos. Hasta un conocido cómico sin gracia alguna. Criaturitas. Mejor harían en preguntarle a los comerciantes de la ciudad si las luces de Navidad son un gasto o una inversión. Que les cuenten la diferencia entre un casco antiguo oscuro y triste y uno adornado, iluminado, con niños sonrientes y padres consumiendo en bares y tiendas. Por no hablar de los visitantes que atrae de fuera de la capital. Nociones básicas sobre inversión y retorno que les suenan a chino.
Si el Ayuntamiento invierte en adornos navideños 17 euros de media por vecino, pocos me parecen. Sobre todo porque el beneficio que reporta es mucho mayor. No sólo económico, también en otros intangibles: alegría, sonrisas infantiles, armonía, espíritu navideño en definitiva. Que no es otra cosa que llevarnos bien, que reine la paz, al menos por unos días. Ya sé que no es cuestión de unas luces. Pero todo ayuda. Y el ambiente hay que crearlo. Pero es que además, para aquellos malajes o resentidos de siempre, supone un beneficio contante y sonante. A Vigo le ha ido muy bien estos últimos años con esa estrategia de su alcalde de utilizar el alumbrado navideño como una fuente de atracción de turistas y, de paso, de ingresos. No hay vigueses descontentos con este asunto. Más bien al contrario. Alguno habrá, como aquí, que utilice el asunto para sacar a pasear sus reivindicaciones y quejas, que habitualmente responden más a criterios políticos partidistas que a argumentos fundados. Ojalá Cádiz y todos y cada uno de sus municipios luzcan estas navidades en todo su esplendor. Ojalá todos seamos capaces, aunque sea por unos días, de olvidar tanto enfrentamiento, tanta confrontación. Que viva la Navidad. Alúmbrense las calles. No permitan que unos cuantos cenizos les estropeen una de las mejores épocas del año.