opinión
Magia
«Si este es tu caso, quizás sea el momento de parar y descansar un año o tantos como creas oportunos»
Que la magia en el carnaval existe está completamente demostrado; al fin y al cabo, no deja de ser un tipo de energía como otra cualquiera. Antoine Lavoisier postulo allá por el siglo XVIII «la energía ni se crea ni se destruye, se transforma»; por ... ende, la magia se ve regida por este principio. Se transforma en coplas, en aplausos, en risas, en emociones… En todo aquello que imbuye y rodea a nuestro concurso de ese halo maravilloso que hace que cuando suenan los compases de un pasodoble los vellos se ericen y la energía se transforme en ese escalofrío placentero que recorre la espalda en un segundo, en esa emoción que impulsa como un resorte a saltar a aplaudir y jalear.
Es llamativo leer como ciertos autores consagrados, y que llevan unos años que no consiguen alcanzar la cúspide sobre las tablas del Falla como están acostumbrados, hagan alusión a la falta de magia del concurso. Creo que falta un hilo de humildad, un pozo de autocrítica, un segundo de cordura en la adicción que genera el concurso para ser consciente, que es muy posible, que tu tarro de esencia mágica este vacío. Quizás sea necesario entender la imposibilidad de estar en la cima todos los años; los habrá mejores y peores, lo que no significa que la magia no exista, no existe para ti, para muchos otros grupos sigue estando ahí.
Si este es tu caso, quizás sea el momento de parar y descansar un año o tantos como creas oportunos. Cuando la magia ha sido consumida en altas dosis se convierte en veneno que consume, hastía, enferma, quita la objetividad y hace que veas todo el alrededor del concurso negro. Para, respira, vive. Aléjate un poco, deja que esa esencia innata en ti se regenere, deja que las ganas y la ilusión ganen la partida a la desazón.
Mas allá del carnaval también hay una vida preciosa y es muy necesario cuidar la salud, pero nunca olvides que Cádiz sigue ansiosa a que vuelvas a derramar tu magia por febrero y espera nuevamente con los brazos abiertos, así es la magia de una madre que ama.
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