Columnas sin fuste
Dos Españas
Las dos Españas no son la derecha y la izquierda, sino la del norte y la del sur
El debate sobre el estado de la nación deja una fuerte impresión. Si en la sesión de control se escenifica un diálogo de la oposición con el gobierno, en este trámite, más exhaustivo, se escuchan mejor todas las fuerzas parlamentarias, con la sensación de ... estar ante una profunda asimetría. El norte de España, Cataluña, Navarra y el País Vasco, tienen más y mejores parlamentarios. Con acento vasco o catalán escuchamos los matices de las derechas e izquierdas de allí, y pasan jornadas enteras sin que sepamos, no ya qué intereses tiene Murcia, sino cómo piensan en Murcia. Si de alguien en España se puede decir que está representado es de vascos y catalanes. No será técnicamente una representación, pero se le parece más. Es una especie de supremacía parlamentaria.
Se habla sobre la nación, ¿y quién lo hace? Fundamentalmente, vascos y catalanes, cuyas representantes (una representación comercial) aun conservan una distinción física, de forma, de indumentaria. Las dos Españas no son la derecha y la izquierda, sino la del norte y la del sur.
La izquierda española no existe. La izquierda política y cultural (editoriales, cine, televisión...) son el tercer vértice que vascos y catalanes necesitan para apoyarse.
De derecha española lleva décadas haciendo el PP (representación de tipo teatral), siendo, como mucho, aquello en lo que se convierte la derecha tras pasar por el cedazo de la hegemonía oligárquica. C's lo mismo: en lo fundamental pensaban como los nacionalistas. Esto es ya haber perdido. Ahora mismo no puede defenderse la unidad de España sin salirse del marco cultural e institucional.
El PSOE es el capataz implacable que ejecuta designios ajenos. Recoge periódicamente a varios millones de españoles combinando su 'francofagia' de base con la actualización política de lo que sale de la televisión, la tecnología y la publicidad. El mundo corporativo produce una cultura, un modo de ver el mundo, y el PSOE lo capta, lo recoge y se lo devuelve a la oligarquía convertido en cohortes antifranquistas en pos de nuevos derechos.
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