Opinión
La vida es sueño, ¿causalidad o casualidad?
Fue un sueño y no sé si lo fue por casualidad o fruto de la causalidad
Ayer tuve un sueño y soñé en libertad. No permití dejarme llevar por un supuesto destino predeterminado. Una noche sin luna y muy oscura, como si estuviera en una caverna. Al no verme, me dejé llevar. Al amanecer, el triunfo de la luz me hizo ... reflexionar sobre lo acontecido mientras dormía. He intentado emular a Calderón sin poder hacerlo. Los genios, genios son. Los mortales, mortales somos. Me conformo con hacerlo explícito. Después de todo, a veces, es difícil distinguir entre el libre albedrío y la predestinación, entre la realidad y el sueño. De ser considerado un fenómeno pasivo en el que parecía no ocurrir aparentemente nada, se ha pasado a considerar un estado de conciencia dinámico en el que podemos llegar a tener una actividad cerebral activa con cambios en la presión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria. Tiene efectos en la temperatura corporal, la secreción hormonal y en la mala leche con la que te levantas si el sueño, es una secuencia de lo acontecido esta semana. Fue un sueño y no sé si lo fue por casualidad o fruto de la causalidad. Quizás, tanto leer la prensa te lleva a desbordar las ideas, que quedan desparramadas por la cama mientras duerme. Y cuando no hay desmentido alguno sobre las noticias aparecidas, la mente en libertad construye lo que le vienen en ganas, porque los sueños, sueños son.
La intensidad de lo soñado fue tan grande que pido disculpas a aquellos que aparecieron en los mismos, pero que por motivo de espacio no los menciono. Que más da, fue un sueño, a saber, si se aleja o se acerca a la realidad. Es lo que ocurre con todo aquello que por principio tienen que ser calificado de presunto. Lo malo es que a Milei se le olvidó en su alocución lo de «presunto» y fíjense el lío, retirada de la embajadora incluida. Intentaré fidelizar en lo posible lo soñado, siempre presunción de la realidad. Por el hueco que queda cuando el techo del Bernabéu se encuentra abierto, salió un exabrupto que, por el tono de voz, indubitadamente correspondía a ese ser nacido cerca de Atapuerca. A tan sólo 146 km de Valladolid, donde ese insigne vocero del gobierno regentó la ciudad ribereña del Pisuerga, conocida no por ser lugar de residencia del ministro de transporte, sino por haber sido capital de España en dos ocasiones, con el rey Felipe III y anteriormente con Carlos I. Sonó su teléfono, suerte que era un entreacto del concierto de Taylor Swift, esa cuyas piernas son eternas en dimensión, parece que nunca acaban. -Sr presidente, dígame. -Mañana dormirás en Madrid, en cualquier caso, hay que corromperse una vez más aprobando por la mínima la Ley de Amnistía. -Por supuesto mi amo. -Esa tal Swift tiene las piernas más pequeñas que mi Bego.G. No es para tanto, a pesar de que sé, que te han gustado mucho las medias de malla que lleva puesta. Porque, quiero que sepas que yo me entero de todo. Os tengo controlado permanentemente desde siempre, comenzando por Ábalos, pasando por Koldo, el organigrama completo del ministerio de transporte y empresas públicas y hasta todo movimiento que se produzca en las embajadas venezolanas, colombianas…En todas salvo en la Argentina. -Eres mi puto amo, mañana estaré en punto y cometeré en compañía la tropelía. -Bien siervo mío, te espero, dando por supuesto que, aunque pensases en la ilegalidad de la Ley, como yo, en tiempos recientemente pretéritos, ahora es legal y constitucional porque lo digo yo, el puto amo de todos Uds.
Me levanté al baño, porque pensaba que terminaría orinándome encima de tan insignes personajes. Volví a la cama y seguí soñando. Había leído que en la relación de asistentes a un acto al que asistió Gómez, fueron nombrados nominativamente todos menos una, llamada Begoña.G. Cuando lo escuché en la radio, iba en el coche y la sonorización no era buena. Entendí algo así como el punto G de Begoña. Pero no, era Begoña Gómez. Ella en un listado con empresarios, todos asistentes a un evento. Estamos hablando de la «presidenta del gobierno», como la denominó otro siervo socialista («Snchz» es también su «puto amo»), me refiero al ínclito Patxi López, ex Lendakari por la gracia del PP. Miguel Tellado nos sacó de duda, clarificando y dejándonos casi sin aliento que, Gómez no es una institución del Estado. A decir verdad, lo dejó claro su amado esposo «Snchz», aclarando que es una persona privada. Tan privada que deberá explicar en su próximo curso que organice, como contactar con los altos cargos de las más grandes compañías tecnológicas y no sólo se le ponen al teléfono, la reciben con todos los honores y hasta le hacen un software sin aparente coste en un principio (vamos, por la mismísima patilla). Sólo que esas mismas tres empresas se retiran, después de haber incurrido en el gasto de la fabricación del encargo, porque ven que puede haber un conflicto de interés. A continuación, se hace un concurso público para que se termine la aplicación. Una vez terminada esa aplicación es registrada en la Oficina de Patentes a nombre de Begoña Gómez. Vaya puntazo para «. G». En sueños he intentado contactar con una de las tres empresas en liza, Telefónica. Por supuesto no he tenido más remedio que utilizar la llamada vía ortodoxa, o sea, llamar al 1002 y por supuesto no he pasado el filtro de la teleoperadora. La noche parecía eterna. Quiero recordar que también soñé con el auto de la Audiencia de Madrid que, había avalado que el juez Peinado siga investigando a «Begoña.fundraising» (como ella misma se denomina), contra el criterio de la Fiscalía. Mi mente semiinconsciente dio un giro, cuando el sueño tomó otro derrotero. La «Epístola de Pedro a todos los españoles» era toda una pantomima. O sea, toda una mentira. «Snchz», sabía la condición judicial de investigada de su amada esposa y lo que pretendió engañando a todos los españoles, incluidos todos los siervos que tienen por misión servir «al puto amo», era diseñar la estrategia más conveniente, incluyendo una campaña de acoso y desprestigio contra el Juez. Ahora entiendo, aunque lo haga en sueños, por qué la insistencia de controlar el CGPJ. Aunque razonar durmiendo es casi imposible, soñé que el problema es cosa de Las Cortes y no de los partidos políticos. Si estas no llegan a un acuerdo para salvar las mayorías agravadas, habrá que seguir insistiendo y no pretender acordarlo de forma ilegal e inconstitucionalmente como se venía haciendo desde 1985 hasta la fecha, en la que PP y PSOE se lo repartían como parte del juego político. Precisamente la Sentencia del TC 108/1986 validó en su día la propuesta de reforma del modo de elección de los miembros del Consejo. Pero, indicó que esa validación no amparaba un mero reparto por cuotas en proporción a la fuerza parlamentaria de los partidos en las Cámaras, lo que ha sido siempre quebrantado desde entonces. En consecuencia, la forma en la que se ha venido haciendo, no se corresponde con el argumento que validó la reforma. En consecuencia, es ilegal e inconstitucional.
Miren que estoy perdiendo la conciencia y el sueño me vence, pero creo que era lo que soñaba. En un intento de seguir fantaseando cambio de tercio, porque lo del CGPJ me aburre. Vuelvo a la «Epístola». Con mis capacidades de raciocinio prácticamente inexistentes, quizás no era un sueño lúcido, porque casi no me acuerdo pretendo reconstruirlo. Asocio la historia de amor entre «Snchz» y la «presidenta del gobierno» que puede que en algo me recuerde a los célebres Bonnie & Clyde, caracterizados por muchas cosas, también por profesarse su gran amor. O quizás a Romeo y Julieta. Me inclino por cualquier historia narrada por Corin Tellado. Observen Uds. que este Tellado, el del PP, está en todas partes.
Me despierto al día siguiente y llamo a mi hija que vive en las inmediaciones del Bernabéu (200 metros). Le pregunto por el ruido del concierto y me dice que ella no lo escuchaba. Tampoco escuchó responder al teléfono al siervo, sí es que lo llamó su puto amo en el entre acto del concierto. Con seguridad, todo ha sido producto de un sueño de primavera. Me psicoanalizaré para intentar extraer cuales fueron vivencias reales y cuales mera ficción producto de mi mente calenturienta.
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