opinión

El vacío y el silencio

Quizás, la mejor definición del vacío sea la nada. Ésta se define filosóficamente como la ausencia e inexistencia

El afán de luz es el motivo por el que la arquitectura ha prescindido del dominio de la masa sobre el vano. Desde el gótico el vacío se convierte en el espacio que da esplendor a las edificaciones y sobre el que gira toda la ... construcción. La ausencia total de materia o masa en un determinado espacio se convierte en obsesión. Quizás, la mejor definición del vacío sea la nada. Ésta se define filosóficamente como la ausencia e inexistencia. O sea, lo contrario a la existencia.

Por otra parte, el silencio. Es la ausencia total del sonido. También significa abstención de hablar, en el ámbito de la comunicación humana. Y, sin embargo, que no haya sonido alguno no siempre quiere decir que no haya comunicación. Es posible que Uds. estén pensando en la ministra portavoz del gobierno, cuando calla en las ruedas de prensa.

El vacío existente en el interior de su cabeza gótica, sustentada por el cráneo como espacio diáfano, impide la respuesta de manera natural y, por lo tanto, a continuación de la pregunta del periodista de turno. Cerca de un minuto de impase así lo atestigua en rueda de prensa la pasada semana. Todo lo que no está en el argumentario que le han escrito, no existe, es la nada. Pero, puede que sea un gesto comunicativo pidiendo clemencia a los mordaces informadores allí presente. Sin embargo, creo que no es así. Cuando decide contestar da la impresión de que no ha escuchado la pregunta y sale por peteneras.

El silencio es utilizado para evadirse y no decir nada.

Nada es por lo tanto el vacío, pero también la ausencia de comunicación. Lo que nos lleva a considerar que la susodicha no utiliza o infrautiliza parte de los sentidos (tacto y oído). Ahora bien, por encima de todo es parte inextricable del gobierno socio-comunista. También P. Sartre, el filósofo francés que cargado de narcóticos (mescalina) desde su juventud, con la cabeza «afectada» de metérselo todo junto a S. de Beauvoir, en 1952 abraza el «marxismo», equiparaba la conciencia con la nada. Cada acción elegida y ejecutada es producto de nuestra propia elección. Con cada acción el hombre se crea así mismo.

Crea una moralidad y nos permite definir «la mala fe». Fíjense que se abrazan conceptualmente hablando la nada y la conciencia. A esa conclusión llegó este reputado marxista depravado sexualmente, que posiblemente se hubiere beneficiado de la Ley Emperatriz (Si-sí). Quizás, en algún momento de lucidez en las postrimerías de su vida, cuando vivía en «modo fijo- discontinuo», llegó a reconocer que el verdadero marxismo había sido completamente desvirtuado, falsificado por los comunistas. Antes de que fuera colocado su epitafio (para que su «no Dios» lo tuviera en su gloria), escribió «la razón dialéctica», cuando ya posiblemente había dejado el consumo de mescalina y habría recurrido a algo más fuerte, pero también con efectos más lúcidos, manteniendo que sólo un punto de vista histórico puede explicar al hombre.

Con seguridad que la «Historia» reciente, explica al personaje que tenemos por presidente del gobierno. «Snchz» es la nada, el vacío, los oídos sordos para con la mitad de la población española. Esta semana, las acciones traducidas en determinados hechos nos llevan a la perplejidad. Primero, equipara la manifestación en defensa de España y la Constitución en Madrid, con la de los separatistas catalanes en Barcelona, a colación con la Cumbre Hispano-Gala.

Quizás, la perplejidad llevada al absoluto, haya sido «previsiblemente acordar» con el presidente de la Generalidad, representante del Estado español en Cataluña, por más que le pese, ausentarse en la mitad del acto protocolario al que había sido invitado, cuando sonó el himno de España. Y a continuación poner a parir a España en rueda de prensa. Va camino de parecerse a la caterva de delincuentes condenados por el golpe de Estado de 2017. No queda la cosa ahí para «Snchz». El PSOE traga con todo cuando se trata de Marruecos. La votación en contra de una resolución crítica de Bruselas con el país alauita fue ordenada desde Moncloa, o sea, «Snchz». Yo, iluso de mí, pensaba que la socialdemocracia estaba comprometida con la defensa sin fisuras de los derechos humanos. Claro, es que aquí en España no hay ya socialdemocracia, lo que hay es socialismo del siglo XXI, nada que ver con aquello.

¡Qué coño tendría su teléfono, para hacer y tomar las decisiones tomadas desde entonces! También, esta semana nos ha deparado con los tiernos fotogramas del ínclito «monclovita» jugando a los boliches con jubilados del PSOE en Coslada. ¡Qué enternecedor ver al presidente mezclado con la plebe «cogida al azar»! Todo lo vivido nos debe hacer reflexionar desde la perplejidad. Yo lo he hecho. Maimónides, ese gran cordobés, escribió la Guía de perplejos, para explicar las alegorías ocultas que encierran los libros proféticos, que el ignorante, el irreflexivo toma en su sentido literal. Estoy pensando en la cabeza del gobierno, o sea, en la nada.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios