Opinión

La perplejidad de Yana Toon

«La estonia Toom ha considerado como un 'problema' que, los padres que quieran el 25% de clases en castellano, tengan que acudir individualmente a los tribunales para reclamarlo»

La estonia Toom ha considerado como un 'problema' que, los padres que quieran el 25% de clases en castellano, tengan que acudir individualmente a los tribunales para reclamarlo.

Y cuando los jueces sentencian a su favor, los políticos catalanes se niegan a acatar las mismas. ... Ha criticado que el Gobierno catalán enviara cargos de la consejería de Educación a las reuniones con los directores y docentes de los dos centros visitados, y que incluso intervinieran en las conversaciones.

Preguntada por si cree que la Generalitat ha puesto 'trabas' a la misión, ha respondido: «Lo han hecho más interesante, pero hay sitios del planeta donde aún es más difícil». La báltica lo ha dejado meridianamente claro y muy diplomáticamente. También ha dicho que en uno de los dos centros visitados, solo 30 alumnos reciben la enseñanza del 25% en castellano, por lo que ha señalado que no se podría considerar «multilingüismo».

«Los ciudadanos tienen un sistema que no les apoya y tienen que pedirlo a los tribunales». El otro centro visitado es de los llamados de inmersión absoluta, todo en catalán.

Ha remarcado que la responsabilidad de aplicar la sentencia del 25% de castellano recae en la administración. Asimismo, ha ratificado que les ofrecieron pruebas tangibles de potenciales «delitos de odio» contra los padres que reclamaron a la justicia que sus hijos estudiasen en castellano.

Ha calificado de «extraño», además, que la administración no le haya proporcionado datos de cuántos y cuál es la situación de los alumnos que sí cursan un 25 % de enseñanza en castellano, tras las sentencias judiciales…Creo que sobran las palabras. Cataluña ciudad sin ley. Tengo la completa seguridad que de regreso a Bruselas recordará la clase de escoria que gobierna un terruño del nordeste de cuyo nombre no quiero acordar.

A unos no quiero recordar, otros no quiero ni nombrar. Por eso, la mejor lección que he sacado de Maimónides es aprender a escribir nombres innombrables como 'Snchz'. El judío cordobés tenía temor reverencial a nombrarlo y lo escribía imposible de leer, Yhwh.

Yo no le tengo ningún temor al psicópata de la Moncloa (Reverendo Padre Mundina, lo califica de 'psicópata de libro'), sólo que su sola pronunciación me produce un dolor reverencial de naturaleza testicular. Porque este es el que consiente lo que ocurre en Cataluña. Y lo que ocurre en Cataluña se llama pasarse la Ley por el arco del triunfo. En un glosario de español coloquial constato su significado: «despreciar algo de forma total y absoluta (hasta el punto de limpiarse el culo con ello figuradamente», también y nos vienen como anillo al dedo, otra acepción sería: «esa norma me la paso por el arco del triunfo».

Decía Aristóteles en República que los ciudadanos debieran esforzarse por obedecer las leyes. Sobre los gobernantes, que son ante todo servidores de las leyes: «la ruina se acecha a una ciudad cuyas leyes no se respetan y carecen de eficacia». Cuando las leyes son correctas tienen la doble misión de servir al bien común y perfeccionar al individuo. El drama, nuestro drama comenzó un día de 2004, cuando el inefable ZP dijo, «aprobaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán».

A continuación, manifestó en el Senado que «la nación es un término discutido y discutible». En el fondo y en la forma había dispuesto la renuncia de los españoles a la nación española, para reconocer a los catalanes la nación catalana. La mamarrachada del Estado plurinacional simplemente no es posible según la Constitución. La literalidad del artículo 2 lo hace indubitado. En lógica de los enunciados, las proposiciones a modo de hipótesis y su conclusión con el debido desglose del artículo 2 CE, nos llevaría a una tautología. Para que Uds. me entiendan, tautologías serían a modo de ejemplos: un hombre es un hombre; Las cosas cayeron hacia abajo; subí hacia arriba de la escalera…La indudable claridad de nuestra Constitución en lo que concierne a la soberanía residenciada exclusivamente en el pueblo español, nos lleva irremediablemente al concepto de nación y a su indisoluble unidad. La Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles. La plurinacionalidad para la CE es una patraña, por mucho que SUMAR se autocalifique como plurinacional y el PSOE le siga el juego. En medio de la polémica que realmente no debiera serlo, pero que algunos lo pretenden, la Ley.

El imperio de la Ley, principio respetado con devoción en los Estados democráticos liberales. Significa que la Ley debe imperar, que debe proporcionar el marco dentro del cual actúan los ciudadanos y que nadie, sea un ciudadano privado u ostente un cargo público, puede traspasar. Locke y todos los liberales, incluido Milei, por mucho que le pese al maleducado «Cum fraude» y su actitud con el legítimo y democrático gobierno argentino, han considerado el derecho no como una restricción del individuo, sino como una garantía esencial de su libertad.

Sin la protección de la Ley, cada persona está permanentemente bajo la amenaza de cualquier otro ciudadano. De ahí que el propósito de la Ley es el de proteger los derechos individuales y que, para el liberalismo de siempre, de ahora y del mañana, son los derechos a la vida, la libertad y la propiedad. Entre los cuatro rasgos definidores del «imperio de la Ley» según Dilcey, dos sobresalen y vienen al paso para lo que ocurre en Cataluña: igual sujeción a la Ley, o sea, igualdad ante la Ley y la imposición de una pena de forma inevitable cunado se viola.

La Ley de Amnistía, contradice estos dos principios básicos, que nos alejan irremediablemente de las democracias liberales. Además, y es otro de estos principios y que viene a colación con lo ocurrido con los eurodiputados que visitaron Cataluña, ahora lo pongo en relación con lo que ha podido constatar la estonia Toon, con respecto con los derechos y libertades de los individuos que, supone estar comprendidos en la Ley ordinaria de cada país. De tal forma que cuando esos derechos y libertades son violados, los ciudadanos deben acudir al amparo de los tribunales. Sí, de los jueces y tribunales a los que vapulean el gobierno y socios, alejándonos al galope de los estándares comúnmente admitidos para conformar un auténtico Estado de derecho.

Yana la estonia ha expresado que «su opinión personal es que una parte de la sociedad catalana camina en un sentido y la otra en el otro, y se encuentran en el medio; no creo en la integración forzada, porque a esto yo le diría asimilación». La eurodiputada en un exceso de diplomacia ha venido a decir lo mismo que el Defensor del Pueblo anterior: en Cataluña se practica el adoctrinamiento y la asimilación. Y lo peor es que, las instituciones españolas que han de garantizar la igualdad de los ciudadanos pasen continuamente de puntillas sobre la barbaridad social que se practica en Cataluña: la asimilación identitaria.

La comitiva de eurodiputados pudo sentir en sus propias carnes lo que ocurre en Cataluña a quien no comulga con las tesis de sus gobernantes golpistas, otrora delincuentes consumados, que a la postre son los que imponen su credo político. Los políticos europeos fueron vilipendiados, llamándole la masa convertida en turba «fascistas» (la connotación peyorativa la lleva implícita). Y se lo decían a Yana Toon, que conoce bien lo que es el totalitarismo, habiendo sufrido en sus entrañas al comunismo de mierda (la pretendida supremacía moral de la izquierda hace que haya que explicitar el epíteto peyorativo) en tiempos de la URSS. Hasta que ésta fue devorada por moscas verdes allí mismo engendradas, en ese vasto territorio euroasiático y putrefacto, cuando comenzaba el principio del fin de la historia en los países bálticos, encaramándose desde 1990 al liberalismo democrático. Sí, a ese del que nos alejamos ahora en España.

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