Opinión

La nación y el pueblo

Muchos a duras penas hablan y escriben como Dios manda, lo que tiene como primera consecuencia, dificultades en la búsqueda de la razón

Fernando Sicre

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Platón, Aristóteles y Ortega, entre otros, debieran ser leídos por los políticos españoles antes de acceder a cualquier tipo de cargo público. Lo que es pedir demasiado. Muchos a duras penas hablan y escriben como Dios manda, lo que tiene como primera consecuencia, dificultades en ... la búsqueda de la razón. En cualquier caso, les recomiendo se esmeren en la lectura de los sabios del pasado. En «República», el primero de los mencionados realmente llamado Aristocles, decía que los ciudadanos debieran esforzarse por obedecer las leyes. Sobre los gobernantes, que son ante todo servidores de las leyes: «la ruina se acecha a una ciudad cuyas leyes no se respetan y carecen de eficacia». Cuando las leyes son correctas tienen la doble misión de servir al bien común y perfeccionar al individuo. El drama, nuestro drama comenzó un día de 2004, cuando el inefable ZP dijo que, «aprobaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán». A continuación, manifestó en el Senado que «la nación es un término discutido y discutible». En el fondo y en la forma había dispuesto la renuncia de los españoles a la nación española, para reconocer a los catalanes la nación catalana.

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