OPINIÓN
Harineras Ferraz: «todo por la patria»
La única justificación para ello es la necesidad para formar gobierno y seguir gobernando al precio que sea y cualquiera que sea el coste de la harina
La harina es el polvo fino que se obtiene del cereal molido. Sí es de trigo y refinada es blanca. El uso de la harina de trigo en el pan es en parte gracias al gluten. Éste es una proteína compleja que le otorga al pan su elasticidad y consistencia. Ferraz en Brasil es una empresa que suministra equipos para la producción de alimentos extruidos a base de harinas para piensos de animales. Ferraz en España es la sede de un partido político. Éste, sin necesidad de producir harinas refinadas, se ha puesto al servicio del blanqueo. Algo así como hacedores de croquetas o albóndigas. Una vez la masa llega a la cocina de Ferraz en forma cilíndrica o de óvalo, aunque también se le puede dar forma redonda, como a las albóndigas, se procede a rebozarlas, emborrizarlas, formarlas o empanarlas. En la calle que va desde Princesa a Pintor Rosales, se manufacturan croquetas y albóndigas en menor medida, muy blancas, hasta que se fríen y entonces tornan al marrón con diferentes tonalidades. También las croquetas y las albóndigas han tornado a «elementos» diferenciados de semejantes manjares de la cocina española. Últimamente han llegado envueltos y etiquetados como «productos de la decimoquinta legislatura» una serie de especímenes que, han salido debidamente enharinados: golpistas, terroristas y malversadores…Pero ese especial blanqueo no queda sólo circunscrito a productos «made in Spain», también se pretende el blanqueo del régimen criminal venezolano y sus integrantes, que encarnan el narcoestado bolivariano, también llamado el Cartel de los soles. Estos días, he visto en los telediarios a «Snchz», Santos Cerdán y Bolaños, muy demacrados. Tan blancos que sólo puedo pensar que el polvo de la harina almacenada en Ferraz está haciendo estragos en la epidermis de cada uno de ellos. Sus células escamosas, basales y melanocitos parecen dispuestas para ser la corteza de un pan blanco, hecho a base de harina refinada.
La amnistía pretendida es el blanqueo de los desatinos ilegales (concepto producido a base de bañarse en harina refinada), vamos, delitos gravísimos por atentado al orden constitucional que supuso un golpe de Estado, cometidos por un conjunto de delincuentes contados por centenas. El Tribunal Supremo condenó a 13 años de cárcel a Oriol Junqueras por sedición y malversación, mientras que impuso 12 años a Joaquim Forn, Jordi Turll, Josep Rull, Raül Romeva y Dolors Bassa…Otros, cobardes como buenos catalanes independentistas huyeron. Aquellos fueron indultados para que el ínclito de la Moncloa pudiera gobernar durante la decimocuarta legislatura. Ahora, sus votos son menos que entonces y necesita de los fugados para conformar gobierno, el de la decimoquinta legislatura. Así es que como los indultos de entonces no son ahora suficientes, la mayoría para la investidura exige la amnistía en forma de bandejas de croquetas y alguna que otra albóndiga antes de pasar por la sartén. Cuando sean fritas, tendrán un mayor parecido con la momia de Bañolas. El bosquimano disecado que habitó momificado en las entrañas de la capital de la comarca del Pla de l'Estany en la provincia de Gerona, habitat por excelencia del independentismo. No quiero pensar que de habérsele hecho la prueba del ADN antes de su destierro y entierro posterior en tierras africanas, su ácido desoxirribonucleico hubiera sido equiparado al francés como pretende P. Aragonés, por mimetismo con O. Junqueras. El mito catalán sobre sus orígenes hubiera quedado resuelto para la posteridad.
Ahora bien, el racismo ha sido la principal ideología que ha fundamentado y sostenido la colonización, muy especialmente en el caso de África. Todo indica que el negro de Bañolas, lo más parecido al «Molt Honorable President de la Generalitat», aunque sólo sea porque este también es un acreditado «pequeño hombre» (cuestión de estatura, como ocurre con los bosquimanos o los pigmeos), nacido en Pineda de Mar (Barcelona). A diferencia de aquellos, su abuelo paterno, Josep Aragonés i Montsant —empresario hotelero y textil, que amasó una gran fortuna durante la dictadura franquista, como con el «Taurus Park» de 1963, el hotel más grande de España en aquella época— fue alcalde del municipio por Alianza Popular, actual Partido Popular y uno de sus fundadores. De tal palo tal astilla, lo digo porque los dos son «acreditados» políticos. Pero, hablando de colonias, potencias europeas colonizaron África en el siglo XIX. La Gran Bretaña y Bélgica colonizaron los territorios donde habitaban pigmeos y bosquimanos. Después, esos pueblos forman parte integrantes de países independientes, producto del proceso de descolonización. Únicos casos en la práctica en los que era de aplicación la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General ONU en que se proclama la necesidad de poner fin rápida e incondicionalmente al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones y declara que, todos los pueblos tienen el derecho a la libre determinación. Por supuesto, nada de eso acontece en Cataluña. Además, ningún Estado (salvo excepciones contadas) reconoce en la actualidad en sus normas constitucionales a las comunidades humanas o pueblos existentes dentro del Estado, el derecho a separarse unilateralmente. Tan sólo existe alguna excepción en aquellos Estados que se definen a sí mismos como constituido por una pluralidad de pueblos que tienen el derecho a la libre determinación y, por lo tanto, a la separación. Es lo que ocurrió en Yugoslavia con respecto a sus repúblicas constituyentes. En la actualidad, este tipo de disposiciones constitucionales existen en Etiopía, San Cristóbal y Nieves y Uzbekistán, pero no en España. En consecuencia, Cataluña no es Kosovo y su situación jurídica respecto al derecho a la autodeterminación interna, según el orden internacional es indubitada. No se dan en Cataluña las condiciones necesarias mínimas internas que pudieran legitimar al gobierno catalán a invocar su autodeterminación. Es por ello por lo que los separatistas catalanes, incansables demagogos, se refieren desde hace algún tiempo a un inventado por ello (también por el PSC, entre ellos a la tal Maritxel), un «nuevo derecho humano» de invención catalana: el llamado «derecho a decidir», ya que los objetivos separatistas del gobierno autonómico de Cataluña no pueden fundamentase en el derecho internacional sobre autodeterminación, tal y como se entiende y aplica en la actualidad.
«Snchz» aprobó en su día (2017) la implantación del artículo 155 CE que permitió suspender la autonomía catalana auspiciado por el PP. En 2019, encontrándose en funciones «cum fraude», aludió a la aplicación del artículo 155 CE, que permite suspender la autonomía catalana, aun encontrándose en funciones, sosteniendo entonces que se podría hacer «sin problema». En julio de 2023 (campaña electoral) manifestó que la amnistía era inconstitucional e ilegal. Ahora, ante la necesidad de contar con los votos de los separatistas (muchos de ellos calificados judicialmente como delincuentes) manifiesta que la amnistía es el camino correcto, avalado por el 87% de sus militantes. El «croquetero» de Ferraz hace y deshace croquetas a su antojo. Blanqueará todo que sea necesario con la amnistía en forma de harina refinada: terroristas, investigados por terrorismo, delincuentes y huidos. También la cobardía será blanqueada. La única justificación para ello es la necesidad para formar gobierno y seguir gobernando al precio que sea y cualquiera que sea el coste de la harina. Alcanzar el poder es «la ratio decidendi de su decisión», por supuesto, «todo por la patria». Hay que tener muy poca vergüenza, ninguna para ser exacto. Los «croqueteros» integrantes del infame gobierno en funciones, han sido respaldados por la caterva de croquetas en que se ha convertido su militancia, todos croquetas ovaladas sin salirse del molde previamente dispuesto y exigido, conforme al pedigrí del buen sociolisto. El que no conserve la forma predeterminada en la harinera de Ferraz, podrá ser albóndiga, pero nunca auténtica croqueta de Ferraz, convertida ahora en «masa» crítica al 87% de harina u otros polvos en forma de lodos, porque todo lo que sale de ese local situado en el barrio madrileño de Argüeyes, es eso, lodo.
Ver comentarios