opinión
Coronavirus oé: 28 millones €
Solo un idiota en grado tres según Cipolla en su «Allegro ma non troppo», puede corear y alentar una manifestación donde el virus ya campaba a sus anchas. Coronavirus oé…oé, oé, oé. Así finalizaba lo coreado al grito de tantas que decían que le ... iba la vida. Fue lo que expresó y justificó la Vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad. El virus casi se la come. Analizo dónde incluirla en la clasificación sobre la estupidez humana. No sólo por eso, hace méritos permanentemente para ocupar un puesto estelar en la clasificación (el dinero público no es de nadie…Ni Pixi ni Dixi…). Pero, aquellos que padecen la estupidez y la estulticia, siempre son recompensados por esta izquierda infecta. 28 millones de euros es el pago por jalear y corear al coronavirus 19 y por los méritos contraídos diariamente asumiendo y externalizando su condición de progre hispano, como gusta al PSOE. Y para hacerlo posible, hubo que cambiar la presidencia del consejo de administración de RTVE. En un alarde de parcialidad, necesaria para presidir el Ente, ella misma manifiesta que es militante socialista y de ideas progresistas. Añadiendo que sus ideas forman parte de su vida profesional. Lo que la descalifica para presidir un organismo público que debería estar cerrado desde hace años. Ahora es contratado el cómico para competir con un programa de máxima audiencia que, de vez en cuando, pone en su sitio al presidente del gobierno. Y como eso no lo puede permitir «Snchz», intenta contrarrestar la audiencia de Motos con Broncano. Ha habido que hacer uso del voto de calidad de la presidenta, en la reunión del consejo de administración para dirimir el empate. La abogacía del Estado, auténticos lacayos jurídicos de «Snchz» han hecho un informe «ad hoc» para que la socialista y progre Cascajosa hiciera suyo su voto de calidad, en una votación en la que se requería mayoría absoluta y no simple. El otro día leía lo acontecido en su programa en «Movistar». Acudió la actriz S. Alonso a promocionar su serie televisiva. Esta es novia del cómico. Este manifestó que en alguna ocasión «ha tocado culo» refiriéndose a ella. Una persona del público contestó a ello expresando «las ganas que tienes», a lo que espetó la actriz «que sí, que me como el coño». Y como colofón de la entrevista promocional, la actriz y novia finalizó diciéndole a Broncano, su novio, «¡Al final follamos aquí!». Muy edificante. Si este es el formato televisivo para arrebatar la audiencia a Motos, supone presumir que los españoles estamos en el puesto primero del ranking de «Allegro ma non troppo».
ZP en 2009: «La supresión de publicidad en TVE es una gran noticia». Y lo justificó diciendo, mintiendo como acostumbra a hacer, que lo hecho se justifica porque RTVE debe ser un modelo de televisión pública, «servicio público». «Cuanto más servicio público, menos interés comercial». Apostillando que «vamos a establecer una serie de requisitos y condiciones para fomentar más servicio público, más información de carácter cultural, sobre la vida pública, limitar determinados aspectos comerciales y, desde luego, eliminar la publicidad». Ahora, el ínclito de la Moncloa exige a RTVE competir con las privadas. Y para eso moviliza recursos públicos de manera injustificados, contraviniendo palmariamente la condición de servicio público del Ente.
España es un Estado caracterizado por su laxitud en el cumplimiento de las leyes. Eso del déficit público y la deuda pública no encajan en nuestro universo intelectual. Las cuentas públicas son fiel reflejo del Estado que hemos creado. Somos insolidarios con el resto de países europeos. Hemos diseñado un Estado mastodóntico, financiado con déficit y deuda que no podemos permitirnos y que nunca son convenientes. La presión fiscal o presión impositiva es el porcentaje de los ingresos que los ciudadanos y empresas aportan efectivamente al Estado en concepto de tributos, en relación con el PIB, que es desmesurada. Este índice se utiliza como indicador del peso del sector público en una economía. Lo que permite aseverar que el esfuerzo fiscal, resultado de dividir la presión fiscal entre el PIB per cápita, corrobora que el Estado nos devora. Y ello a pesar de la reforma constitucional de 2011 que, modificó el artículo 135 CE, estableciendo en el propio texto constitucional el concepto de estabilidad presupuestaria y que el pago de la deuda pública fuese lo primero a pagar frente a cualquier otro gasto del Estado en los presupuestos generales, sin enmienda o modificación posible (pensemos sólo en los edificantes techos de gastos del Estado). En España nos hemos acostumbrado mal y queremos que el Estado actúe por nosotros. Hemos entregado nuestra libertad, hemos quedado alienados al Estado. El Estado nos ha sobrepasado. Papá Estado es el problema. Papá y mamá, con seguridad los conceptos más gratificantes y de mayor uso en la historia del ser humano. Cuando se disocian de su entorno natural, el familiar lógicamente, dichos conceptos se prostituyen. Eso es lo que ocurre cuando se asocia al Estado el concepto de «papá». Por eso decía Adam Smith en 1776 que lo mejor es dejar que los individuos se las arreglen solos, sin que la enorme mano del Estado oriente sus actos. Esta filosofía política constituye la base intelectual de la economía de mercado y de la sociedad libre en general. Los individuos se mueven por el interés personal y la «mano invisible» en que consiste el mercado lleva a este interés personal, a promover el bienestar económico general.
El gobierno socialista intenta alcanzar los objetivos económicos utilizando los medios impuestos por el estatismo, el corporativismo, y el privilegio jerárquico. El socialismo que nos gobierna (o desgobierna) se caracteriza por el nepotismo, el empobrecimiento crónico de la población, hasta llegar en ocasiones a la hambruna (es lo que decía el socialismo madrileño en su afán de criticar a Ayuso, a colación con los comedores escolares y sociales de Madrid). Estos son caracteres arquetípicos del comunismo y del socialismo del siglo XXI, asumido por el PSOE, después de darle un portazo a la socialdemocracia alineándose con el Grupo de Puebla.
Los derechos que se atribuyen a los hombres en las diferentes declaraciones de derechos producidas a lo largo de la historia se atribuyen a costa de los otros, a los que también le son reconocidos. Normalmente, los derechos reconocidos en las declaraciones de derechos pueden agruparse en bienes y servicios producidos por el hombre. Se plantea entonces quien debe proporcionarlos. En las revoluciones liberales y en las constituciones de los siglos XVIII y XIX ya se habló del derecho a la búsqueda de la felicidad y no del derecho a la felicidad. Lo que significa que los hombres tienen derecho a realizar cuantas acciones consideren pertinentes para ser felices, pero no pueden exigir a los demás que le hagan feliz. De tal forma que los tres derechos inalienables del hombre deben ser analizados en esos términos. Así, cuando hablamos del derecho a la vida, supone este que el hombre tiene derecho a organizar y buscar el sustento necesario para vivir por medio de su trabajo, pero no puede exigir que los demás le provean lo necesario para satisfacer sus necesidades vitales. Lo que nos lleva a admitir que cualquier situación que exija el concurso de más de un hombre, requiere el consentimiento (voluntario) de todos los intervinientes. Todos ellos tienen derecho a tomar sus propias decisiones al respecto, pero, no puede imponérsela en ningún caso a los otros que, se encuentran insertos en esa situación que afecta a ese conjunto. Y así todos los demás derechos.
Los gobiernos son considerados potencialmente peligrosos. Representan las mayores amenazas contra los derechos del hombre. Entre otras cosas porque «tienen el monopolio legal del uso de la fuerza conta sus víctimas (ciudadanos) legalmente desarmada». De donde tenemos que considerar que, las declaraciones de derechos que se instituyeron desde finales del siglo XVIII, fueron redactadas con el ojo puesto en limitar las acciones gubernamentales, como forma de proteger realmente a los ciudadanos que se consideran desvalidos ante el poder de aquel. Pues ya ven, «Snchz» ha decidido la omnipresencia del Estado gobernado por él, con maneras cercanas al totalitarismo político. Retorcer la ley es el medio que justifica su fin, gobernar al precio que sea. La amnistía y RTVE son sólo exponentes de lo que gobernantes respetuosos con la Ley nunca harían.