Desde el cielo del Mulhacén

Ni la belleza ni la ordinariez son cosas de izquierda o derecha. Sólo que en Graná, el cámara de la TVE debió hacer «diana» y exhibió sólo belleza

Fernando Sicre

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La primera que vez que hice el Camino de Santiago, conocí un gallego independentista que me preguntó en Roncesvalles por qué hacía el Camino. Le contesté sabiendo su pedigrí, que lo hacía porque me daba la gana y, en segundo lugar, en honor a tres ... personajes: Don Pelayo, El Cid y Santiago. Creo que le salieron sarpullidos por todo el cuerpo cuando los mencioné. Allá él. En mis más de veinte Caminos, he pasado con mi bicicleta por Covadonga, la catedral de Burgos y todos los años he terminado en Santiago que, en este caso es recurrente por razones obvias: el camino finaliza allí. En una ocasión lo inicié en Montserrat. Antes de subirme en la bici recé ante la Virgen e imploré buen Camino. Solicité a un monje bendijera mis alforjas, acompañadas con una pequeña bandera de España. Creo que debí «tocarle la masa testicular» sin roce alguno desde luego. Le comenté mi veneración por Santiago y por España. Lo descoloqué y las erupciones cutáneas no hicieron más que comenzar. Le dije que mi memoria histórica me hacía pensar que un «paseíto» por la zona por Don Pelayo y El Cid, pondría a cada uno en su sitio. En fin, comencé mi camino por las tierras de España. Mi cabalgadura era mi bici, como Babieca era la del Cid. Y hablando de bicis, ayer vi en TVE 1 la vuelta ciclista a España. Estaban en Granada y subían Sierra Nevada. Además de un paisaje único, el cámara se entretuvo todo lo posible en mostrar las niñas guapas de Graná. Eran todas guapas. Entre la multitud de bellezas, no había ninguna de las integrantes del Gobierno. Tiene su explicación y la doy porque constato que las feministas de tercera y cuarta ola comienzan a «hiperventilar». Y la razón es que no hay ninguna de Granada. Solo eso. No estaban allí. La más cercana a tan maravillosa tierra es la Ministra de Hacienda, sevillana ella. Ordinaria donde las hayas ( 'Mopongo', que supone la síntesis del destrozo sintáctico, semántico y del léxico en general). Sólo le viene a la zaga la ex Ministra del PP y alcaldesa de Málaga antaño (Vamos Manolo… venga coño). Ni la belleza ni la ordinariez son cosas de izquierda o derecha. Sólo que en Graná, el cámara de la televisión debió hacer «diana» y exhibió sólo belleza.

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