Opinión
Atisbada por 'The Economist'
España es la economía número 15 por volumen de PIB y está entre los países con más deuda respecto al PIB del mundo
España ha sido examinada por 'The Economist' recientemente. Midió la calidad democrática de nuestra democracia y corroboró lo que a todas luces trasciende: somos menos democráticos que antes. El otro examen ha sido económico y aquí ha salido para el 'tabloide' británico mejor parada, aupándola ... hasta la cima. Sin embargo, un mero análisis nos lleva a refutar la calificación
España es la economía número 15 por volumen de PIB. Su deuda pública en 2023 fue de 1.575.372 millones de euros 1.702.142 millones $, con una deuda del 105,1% del PIB está entre los países con más deuda respecto al PIB del mundo. El periódico ha basado la calificación exclusivamente en la cifra de crecimiento sobre PIB y en el crecimiento del empleo. Ambos datos barajados son meras verdades a media en un análisis riguroso. El PIB español creció un 0,8% en el tercer trimestre, gracias al consumo de las Administraciones (que se ha quintuplicado respecto al trimestre previo). Sin embargo, la inversión (formación neta de capital) se hunde. El crecimiento avanzado para 2024 será del 3,1%, crecimiento importante desde luego. Sin embargo, su análisis hace que lleguemos a conclusiones menos halagüeñas. Nuestro país sufrió la mayor recesión europea a consecuencia de la pandemia. Rebasamos una caída de más del 10% en el año 2020 y nuestra recuperación tardó más que el resto de los países. Al partir de datos negativos primero y luego de datos insignificantes de crecimiento, el alza este año ha sido importante. Pero, este crecimiento está basado en un incesante crecimiento del consumo público y la incorporación masiva de extranjeros a la población activa (afectos al sector servicios y con escasa cualificación). Ambas circunstancias inciden negativamente en el índice de productividad, que es el que mide el bienestar de un país.
El empleo sigue siendo la gran asignatura pendiente. Lo primero que hizo este gobierno fue utilizar otros índices de registro, imposibilitando su contraste con situaciones anteriores. El dato mayormente utilizado ahora es el de ocupados. Se integran en el concepto todos aquellos (cuenta ajena o propia) que se encontraban durante la semana de referencia, trabajando al menos una hora o ausentes del mismo, pero con un fuerte vínculo con dicho empleo (los fijos discontinuos, los sujetos a ERTE´s…). El 60% de los contratos indefinidos son a tiempo parcial o son fijos discontinuos. Ello se justifica porque las condiciones cíclicas de nuestra economía siguen siendo las mismas y la contratación laboral es un fiel reflejo de la situación. Hay más gente ocupadas, se trabajan menos horas, y aún se pretende que lo hagamos menos por disposición de la Ley. Craso error.