pásalo
Enemigos de la juventud
Hacer política envejece muchísimo, estás obligado a renunciar constantemente a la sinceridad
El tipo, cuando le entregaron aquellas cremas para las arrugas y una fórmula indecente para tunearse las canas, observó cierta diabólica intención en la ofrenda, mandándolo todo a la basura en nombre de la dignidad y la lucha. Hay peleas que están destinadas de antemano ... a perderse, como la de Foreman ante Clay en Kinsasa, lo cual no quita la grandeza de disputarlas hasta el final, entregando la cuchara exangüe pero bravos. Ni en el nombre del tiempo se está permitido claudicar y dejar de ser nosotros mismos. La última semana del pasado año murieron dos venerables ancianos que, por no estafar a sus idearios existenciales, se han marchado muy jóvenes y lozanos, con esa juventud que te regala la heroicidad de no vender tu alma al diablo. Ni a cremas ni a tintes. Ni a simulaciones y engaños. Se fueron octogenarios. Pero parecían tan jóvenes como Sinatra cantando te llevo bajo mi piel.
La juventud no mana de ninguna fuente. Brota, como el Nilo, de la barriga de alguna región anatómica indómita e indomable. He leído mucho sobre el papa Benedicto, de su renuncia a las pompas y a las obras vaticanas, de su honestísima dedicación al pensamiento y al futuro de la Iglesia, dejándome atónito la claridad con la que ponía el dedo en las llagas, señalando que pronto tendríamos sacerdotes reducidos al papel de trabajadores sociales y el mensaje de fe reducido a una visión política. Supo de la profunda crisis de la Iglesia. Pero también profetizó su renacimiento cuando más agónica sea su existencia. Pero de este joven octogenario, fiel a sus ideas, me sigue asombrando su renuncia al poder y su entrega a la autoridad. Prefirió pensar a ordenar. Y eso lo mantuvo joven.
Otro que también nos dejó con la juventud de su fuerza moral intacta fue un sindicalista de los de antes, enemigo del imperio del centollo, de las subvenciones para mantener la boca cerrada y la pancarta en proceso de momificación. Nicolás Redondo (padre) le armó una rave sindical a Felipe González que no duró lo que la granadina de La Peza, pero sus consecuencias fueron esclarecedoras: La UGT no se subordinaba a la esclavitud de los acuerdos políticos de los señoritos que olvidaron la pana y se apuntaron a la realpolitik. Cuando vio que era imparable compaginar su idea sindicalista con la de los nuevos tiempos anunciados en los bigotes de las gambas y en las bolas chinas de recuerdo de algunos congresos, hizo como el papa emérito: retirarse, apartarse y dedicarse a no envejecer sin vender su alma como Dorian Grey.
En el debate entre la compasión y la Justicia que se abre con la entrada en prisión de la alta gama de condenados por los Eres, hay quien ha envejecido un siglo en tan solo unas declaraciones. La señora que piensa que estamos ante una cacería política, sabe lo que dice, pero no sabe de lo que habla. Hacer política envejece muchísimo. Estás obligado a renunciar constantemente a la sinceridad. Y eso crea bolas de pelos en el estómago. Con los eres nadie caza a nadie. Se hace Justicia con unos contribuyentes estafados. Aún así, hay casos, que merecen compasión…
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